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#Dobleces Salvaron al PRI

 

Alrededor de la aspiración de Beatriz Paredes Rangel, para coordinar el Frente Amplio por México, había más ánimo y poco análisis. Al interior del PRI, la percepción positiva de Beatriz Paredes aumentó en un par de semanas con los foros-debate. Se convirtió en factor de cohesión del partido. Exdirigentes y diversos sectores de filiación priista […]


Alrededor de la aspiración de Beatriz Paredes Rangel, para coordinar el Frente Amplio por México, había más ánimo y poco análisis. Al interior del PRI, la percepción positiva de Beatriz Paredes aumentó en un par de semanas con los foros-debate. Se convirtió en factor de cohesión del partido. Exdirigentes y diversos sectores de filiación priista comenzaron a voltear a ver sus discursos. Sin embargo, al exterior su profundo priismo y su marcada institucionalidad, jugaban en su contra.

La culminación de su participación en la contienda interna del frente fue de disciplina al partido e institucional.

La batalla real no era al interior del partido tricolor. Esa ya se tenía avanzada. La verdadera disputa sería afuera en 2024 y frente a Morena. En la epidermis de las palabras de Alejandro Moreno, dirigente nacional del PRI, se encuentra ese análisis, aunque somero, pero realista: “buscamos privilegiar la unidad, reducir el desgaste político y alistar un proyecto para todas y todos los mexicanos”.

El desgaste político contra el PRI está en el imaginario colectivo, en los sexenios del pasado y en los escándalos millonarios de exgobernadores emanados de las filas del tricolor. A la hora de la contienda, según los analistas en mercadotecnia política, el PRI ya no prende, como en antaño, a los electores. Esa es una realidad.

El perfil político de Beatriz Paredes está muy arraigado al PRI más añosos y esa parte jugaría en su contra a la hora de enfrentarse a sus adversarios políticos para el próximo año. Esa es la parte que el Revolucionario Institucional no iba a apostar, ya que se corre el riesgo de poner en peligro las posiciones negociadas para 2024 dentro de la alianza.

Seguir con la candidata del PRI era despertar el voto en contra, no solo, del PRI sino de la alianza completa. El voto anti PRI surgido en el año 2000 y luego ratificado en 2018 se convierte en la ola peligrosa para los integrantes del frente opositor y era ponerle a Morena un adversario con más negativos naturales.

Beatriz Paredes, representa un priismo atorado en el periodo de 1970 a 1999. Es decir, el del esplendor político y las concertacesiones. El poder absoluto de un partido, reducido en la actualidad, a acuerdos oscuros y golpes internos. Además, el electorado joven identifica al PRI como sinónimo de crisis políticas y económicas.

Ella fue forjada en la escuela del viejo PRI, la de los mítines gigantescos, la de la parafernalia y el acompañamiento de los sectores que conformaron los pilares del PRI como la CNC. Hoy solo quedan las ruinas. Su primer destape presidencial fue para 2006. Aunque en esa etapa política no estaba del todo convencida.

Ahora, de acuerdo con los ciclos políticos tenía la oportunidad, pero la historia se lo cobraría caro frente a las urnas. El PRI está en desventaja, por eso se arrinconó a Paredes y se le mostraron los números que la ubicaban abajo de las preferencias. Pero eso era para lo interno, hacia fuera habría sido peor.