“La sororidad no debe ser sólo una palabra de moda, sino acciones, ser solidarias entre nosotras para lograr la igualdad de oportunidades y erradicar la violencia de género”, señaló Angélica Moya Marín, alcaldesa de Naucalpan.

Luego de haber sido la primera mujer presidenta en Naucalpan (2003-2006), y nuevamente encabezar la administración, Moya Marín, señaló que a lo largo de estos años se puede ver el avance en materia de equidad, ya que antes “era impensable”, pues los espacios en política eran ocupados en su mayoría por hombres y la desigualdad en los salarios es algo que siempre ha existido. 

Ante este panorama, reconoció que “el camino no ha sido fácil para ninguna” de las mujeres que ocupan un cargo importante y menos, cuando continúan silenciado las voces.

De acuerdo a la alcaldesa, falta seguir luchando por una igualdad sustantiva, por mujeres en mejores posiciones en áreas clave y “mantener siempre vivo el debate acerca de los derechos de la mujer”. 

“Aún es preocupante la brecha relativa a las oportunidades: educación, trabajo, tiempo libre para el desarrollo personal, financiamientos y los recursos necesarios para convertirse en líderes eficaces”, comentó. 

Para avanzar, señaló, las mujeres deben dejar de callar la violencia de género, ejercer sus derechos políticos y dejar de creer, tanto hombres como mujeres, que el único papel activo del sexo femenino se encuentra en el hogar y en la crianza de los hijos.