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Acuíferos sobreexplotados y contaminados

 

Eduardo Espinosa Medel, considera que el problema de la contaminación en las presas es grave.


La presa Madín comparte la misma historia que la presa Guadalupe, el vaso regulador El Cristo y otras cuencas que se encuentran en el Valle de México, al recibir aguas residuales y presentar una fuerte contaminación, señalan diversos especialistas e investigadores sobre el tema.

El catedrático de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán de la UNAM, con diplomado en biodiversidad y con especialidad en Energéticos de Impacto Ambiental, Eduardo Espinosa Medel, considera que el problema de la contaminación en las presas es grave.

Explica que un claro ejemplo de la afectación de estos embalses gigantescos son los casos de la presa Madín y la del Lago de Guadalupe.

La presa Madín es un estanque con capacidad de almacenamiento de 25 millones de metros cúbicos de agua, en tanto la presa Guadalupe tiene una capacidad de 60 millones de metros cúbicos y abarca unas 348 hectáreas.

El catedrático e investigador apunta que ambos cuerpos de agua, que son los más importantes localizados en el Valle de México, se contaminan por dos factores: las descargas de los desarrollos habitacionales que vierten sus aguas residuales y por la basura.

Aproximadamente el 70 por ciento de las descargas de aguas residuales, provienen de fraccionamientos de Atizapán, entre ellos, del pueblo de Chiluca, los de la Zona Esmeralda, y las localidades que descargan directamente a la presa, como Nuevo Madín, apuntó el especialista.

Otro factor muy importante es el tiradero de Tepatlaxco de Naucalpan, por ser un tiradero a cielo abierto y no tener todos los requisitos que marca la ley para un relleno sanitario.

El especialista explica que el efecto que logra el agua al mojar el tiradero es la generación de lixiviados, esa contaminación es la que provocó  la muerte de peces y algunas aves en el Vaso El Cristo, al contaminar las aguas del Río San Mateo y todo eso recorre Naucalpan y llega a los embalses referidos.

Y la misma situación se da en la presa Lago de Guadalupe donde la descarga de aguas residuales al contaminar el agua, ha propiciado la muerte de cientos de peces y aves.

La Comisión de Cuenca de la Presa Madín que es un organismo auxiliar del consejo de Cuenca del Valle de México, ha reportado estas descargas de aguas residuales desde hace más de 5 años.

El investigador y catedrático universitario comentó que las autoridades deberían tomar medidas inmediatas y deben darse en cuanto a las empresas desarrolladoras, pues cuando construyen fraccionamientos no colocan plantas tratadoras que deberían poner conforme a la normatividad.

“Es un problema muy fuerte, porque en muchas ocasiones nuevos fraccionamientos se construyen en zonas que tenían vocación de bosques forestales, es el caso de varios fraccionamientos del Valle de México y del Valle de Toluca. Los árboles derribados en esa región ayudaban a infiltrar el agua al subsuelo y transforman el CO2 en oxígeno, y al ya no existir, se genera pérdida de servicios ambientales y esto está ocurriendo en todo lo que se conoce como el gran bosque de agua”.

Existen estudios como el de la doctora e investigadora del IPN Marcela Galán y del ambientalista Miguel Miramontes en los que se muestra que los acuíferos de la Ciudad de México y del Valle de Toluca están sobreexplotados y contaminados.

Agregó que de hecho todos los ríos que bajan al Valle de México están contaminados lo que es una desgracia. “En su parte alta el agua está cristalina y con muy buena calidad, pero a 500 metros ya empieza a contaminarse”.

El catedrático Eduardo Espinosa explica que algunas presas pequeñas están en muy malas condiciones como la del Tejocote en Naucalpan, la del Ángulo en Cuautitlán Izcalli o la Concepción que está en la zona de Tepotzotlán tienen problemas de contaminación, pero no tan severos.