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Obesidad, problema de peso completo

De los adultos en México, 28 por ciento padecía obesidad en 2015, lo cual representa un salto de 11 puntos porcentuales respecto de las estimaciones de 1980, de acuerdo con un informe publicado por The New England Journal of Medicine.
Asimismo, el reporte destacó que 9.4 por ciento de los menores de edad mexicanos padecía obesidad en 2015, lo cual significa que la tasa casi se duplicó respecto de 1980, cuando era de cinco por ciento.
Ante el incremento en la incidencia de obesidad en México, investigadores de la UNAM encontraron que hay factores biológicos y ambientales que influyen en la prevalencia de este problema.
Al respecto, la Asociación Mexicana de Diabetes (AMD) destacó la importancia de atender dichos factores, ya que a pesar de implementar programas para contrarrestar el problema, la obesidad y el sobrepeso van en aumento.
La probabilidad de padecer obesidad se vincula a la herencia (factor biológico) en 40 por ciento; en tanto que las situaciones ambientales influyen de 60 a 70 por ciento. Afortunadamente, estas últimas pueden modificarse y controlarse.
Recordó que en México se sufre una doble carga de mala nutrición, por deficiencia o por exceso, lo cual constituye a una situación alarmante.
La obesidad por razones biológicas se debe, en primera instancia, a causas genéticas que parten de los orígenes del ser humano; de estos rasgos emergen cinco genotipos: el “ahorrador”, que se refiere al momento en que el ser humano estuvo expuesto a períodos de hambre, y el cuerpo, en lugar de gastar, ahorraba, por eso se tiende a acumular grasa. A ello se suman el hiperfágico, sedentario, de baja oxidación de lípidos y el de adipogénesis.
También se debe considerar la herencia como factor importante. Se dice que si ambos padres son obesos, el riesgo de que el hijo lo sea es de entre 50 y 69 por ciento, por tanto, deben tomarse medidas, incluso previas a la concepción.
Otros elementos biológicos son las alteraciones endócrinas, como síndrome de ovarios poliquísticos, hipotiroidismo o resistencia a la insulina.
Mientras que entre los factores ambientales se encuentra el estilo de vida sedentaria, el trabajo, el transporte, las formas recreativas, alimentos de alta densidad energética y el consumo basado en el hedonismo (gula) más que en la necesidad de alimentarse.
Un factor más es el psicológico. El 55 por ciento de las personas con depresión tienden a incrementar su masa grasa o el peso corporal. Alguien deprimido no tendrá ganas de salir a hacer ejercicio o a comprar sus alimentos. El problema no sólo se relaciona con la alimentación, pero si hay una alteración en el estado de ánimo, puede presentarse un trastorno de la conducta alimentaria, por lo que resulta necesario tratara estos pacientes desde una perspectiva multidisciplinaria.
La AMD añadió que se ha identificado también que la prevalencia de estos problemas es más alta en la mujer, de acuerdo con la región del país o el tipo de localidad donde vive.
Aseveró que el peso saludable es una responsabilidad compartida, y “a los profesionales de la salud les corresponde identificar las problemáticas del paciente, orientarlo y tratarlo de manera integral, mientras que a este último le toca ser proactivo y apegarse al tratamiento para llegar al resultado adecuado”.

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