Corría el año de 1990, cuando resultado de la organización colectiva y el esfuerzo de miles mexicanos que exigían el respeto al voto libre y secreto, así como la certeza de elecciones limpias, se puso en marcha el Instituto Federal Electoral (IFE), hoy INE, acción que marcó un parteaguas para el desarrollo de un México plural y democrático. Dicha institución es uno de los órganos constitucionales autónomos más importantes de nuestro país, el cual se encarga de regular los procesos electorales, nombrar los pasos a seguir y a las reglas que se sujetarán quienes participan en esos procesos.
Hoy este organismo, que incluso ha sido ejemplo internacional, se encuentra en riesgo, derivado de diversos ataques de quienes, dicho sea de paso, lograron sus puestos, precisamente por el trabajo coordinado y organizado del INE, aparato que ha costado muchos años construir como un sistema que permite dar legitimidad a quien se ve beneficiado con el voto de las y los mexicanos, brindando certeza y confianza a las y los electores. Resulta muy peligroso el papel que hoy juegan aquellos que no han hecho otra cosa que desmantelar instituciones, tal suerte han corrido, el Consejo Nacional para el Desarrollo e Inclusión de las Personas con Discapacidad (Conadis), el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), el Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA) y el Instituto Nacional de Desarrollo Social (Indesol).
¿De cuándo acá el partido en el poder, previo a una elección tan importante como la que se avecina en el 2024, quiere fortalecer al órgano democrático? Sobre todo, tratándose de quienes ahora están en el poder y pasaron 17 años gritando fraude, sin reconocer un triunfo que no fuera el de ellos. Es curioso que ahora se escuden bajo el lema de proteger la democracia cuando no han hecho otra cosa que atacar e invalidar, escudados en una falsa austeridad, refiriéndose al gasto del INE como un gasto innecesario.
Es absurdo, pero sobre todo riesgoso, pretender ser juez y parte en el juego más importante: el de la democracia. No podemos permitir que, a estas alturas, se coloque un árbitro a modo, cambiando las reglas del juego para controlar las elecciones, de ahí la trascendencia de la participación informada de las y los ciudadanos, durante las próximas semanas. Hagamos un alto en el camino y preguntémonos: ¿en 20 o 30 años qué sociedad seremos, la que defendió la democracia o la que la enterró? Lo que hoy está en peligro, son nuestros derechos, definitivamente no habría nada más caro que perder nuestras libertades, esta será la batalla que defina el futuro de nuestro país. Es por nuestras instituciones, es por la democracia, es por las familias, #EsPorMéxico que #YoDefiendoalINE.
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