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#HerenciadelMéxicoAntiguo Los que habitan lugares peligrosos

Carlos G. Alviso López
 

Pequeños seres traviesos a los que debemos tenerles demasiado cuidado, debemos ser cautos en no caer dentro de su malicia, porque son capaces de provocar ciertas enfermedades referidas a la pérdida del alma y la esencia de ésta. Así son los chaneques, personajes pequeños de estatura, se caracterizan por ser demasiado mentirosos, romper vidrios, hacer […]


Pequeños seres traviesos a los que debemos tenerles demasiado cuidado, debemos ser cautos en no caer dentro de su malicia, porque son capaces de provocar ciertas enfermedades referidas a la pérdida del alma y la esencia de ésta.

Así son los chaneques, personajes pequeños de estatura, se caracterizan por ser demasiado mentirosos, romper vidrios, hacer destrozos en las casas como aventar platos o tazas para trozarse en el piso. O muchas de las veces extravían ciertas pertenencias de la gente.

Ellos habitan principalmente los bosques, montes y las espesas selvas de Guerrero, Veracruz, Chiapas y Tabasco. ¡Son tremendos! dice la gente que se ha topado con algún chaneque, ya que distraen la atención de las personas para que no realice sus actividades de manera cabal.

Hay quienes, debido a su maldad nunca regresaron a su hogar, al encontrarse en las veredas selváticas se cruzaron con un diminuto ente, que en el clamor del susto provocado por la sorpresa de verlo, confiaron en éste y los confundió, perdiéndolos en las entrañas de la naturaleza.

Sin embargo, los chaneques tienen ciertas virtudes como el estar encargados de cuidar todo el ecosistema que compone los espacios verdes como ya lo dije: selvas, bosques y montes, toda su flora y fauna, es decir, manantiales, ríos, lagunas, insectos, frutos, plantas, árboles y la fertilidad de sus tierras.

Físicamente, comentan quienes los han visto, pueden causar extrañeza o para algunos otros un peculiar terror; miden a veces un metro o menos, tienen los pies chuecos, visten con la ropa al revés y carecen de una oreja. Poseen voz y risa de niño que contrasta con su rostro avejentado. La palabra chaneque es una expresión náhuatl que refiere a “los que habitan en lugares peligrosos” y son motivo de charlas anecdóticas de las abuelas, a quienes aún les mueven las hamacas, les tiran trastes en la cocina, les esconden las llaves de la casa o le jalan la cola al perro y son una herencia más del México antiguo.