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#HerenciadelMéxicoAntiguo El jaguar, el venado y la casa del sol

Carlos G. Alviso López
 

Se cuenta que hace ya muchos siglos, durante la era del esplendor mixteco, el venado fue al encuentro del jaguar para emprender un viaje que simbolizó el tránsito de la vida a la muerte y lograr la perenne existencia de los seres humanos. Indudablemente ambos representaban la fuerza, tenacidad y valentía de muchas comunidades de […]


Se cuenta que hace ya muchos siglos, durante la era del esplendor mixteco, el venado fue al encuentro del jaguar para emprender un viaje que simbolizó el tránsito de la vida a la muerte y lograr la perenne existencia de los seres humanos.

Indudablemente ambos representaban la fuerza, tenacidad y valentía de muchas comunidades de la región mesoamericana. Sus habilidades de supervivencia eran valoradas y comparadas en la cotidianidad de hombres y mujeres que día a día sorteaban las peripecias de la vida.

La leyenda afirma que ambos animales recorrieron muchas regiones prehispánicas, asumieron liderazgo ante los mandatarios quienes enseñaron costumbres y principalmente la veneración a los dioses de esa época, pues de esa manera habrían de asegurar el sobrevivir en generaciones.

En cada lugar que visitaron, los dos absorbieron conocimientos, se sensibilizaron ante la generosidad de la gente y cumplieron con su cometido principal que era el nutrir a las deidades de la esencia que forjaba a los mortales y así entender las formas de mejorar la vida de estos.

No todo fue fácil, ya que atravesaron por varios obstáculos como las inclemencias climáticas, lluvias y truenos trataron de truncar su viaje a la casa del Sol, también sentimientos oscuros como la envidia, la furia y el egoísmo de los humanos trataron de desanimarlos para recular.

Se toparon con su último reto que era cruzar los mares profundos, salvajes e indómitos para así llegar al lugar donde a diario nacía el astro rey, allá en lontananza marítima. A ello lo consideraron como una batalla dificultosa, pues desorientados no sabían con exactitud dónde aparecía el Sol.

Fue entonces que urdieron un plan, esperaron al que el Sol en su tránsito diurno hacia el cenit les indicara con precisión el lugar de la casa del Sol y fue así que llegaron a esta morada, donde entregaron toda la ofrenda compuesta por la esencia de la humanidad para así eternizarla, siendo ello una herencia más del México antiguo.