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#Columna7 Adiós Qatar

Jorge Álvarez Colín
 

Me encanta jugar futbol, además convencido que el deporte es una gran medicina, aunado a la pasión que provoca que es una oportunidad para el reencuentro de las personas, pero, qué pena que el mundial se vuelva análisis de lo que no hace el futbol. En la entrega anterior señalé que el mundial para México […]


Me encanta jugar futbol, además convencido que el deporte es una gran medicina, aunado a la pasión que provoca que es una oportunidad para el reencuentro de las personas, pero, qué pena que el mundial se vuelva análisis de lo que no hace el futbol.

En la entrega anterior señalé que el mundial para México es sólo un negocio muy elaborado que se concreta a una cortísima participación, aunque para los fanáticos es la mejor mercancía cada 4 años. Sin duda el mundial mueve al mundo, pero lamentablemente no lo cambia, se origina con la práctica deportiva que al hacerse costumbre se transforma en espectáculo y luego, se vuelve un negocio.

Esta contienda mundial une de cierta manera al planeta, pero no participa en resolver problemas globales, en tanto sólo se mira el rostro material, pero, qué pasaría si ese negocio que aglomera a muchas naciones y las une, enfocara su benevolencia hacia los millones de personas que no tienen alimentos, o a gente con discapacidades o tal vez en la investigación sobre las enfermedades pandémicas que laceran tristemente a la humanidad en este momento.

Seguramente habrá una voz inmediata que dirá que eso es responsabilidad de otras esferas, pero sí lo es, en cuanto a la responsabilidad social, es un compromiso de vida para quienes creemos que la construcción de la sociedad a la que aspiramos no puede conseguirse sin la ayuda mutua de quienes tienen poder o recursos, lamentablemente se disimula con atracciones como el futbol que calman presiones, pero que desencadenan otras.

El mundial de Qatar no ha sido la excepción, por lo menos en México, distrajo la atención de la guerra en Ucrania, olvidó lo rebrotes pandémicos del Covid, se minimizó los graves casos de meningitis o los asesinatos que cada vez son más y más sanguinarios, así como la garrafal aprobación del presupuesto público 2023. El futbol no resolverá nada, pero seguirá siendo el espectáculo que se convierte en el negocio mundial con más aceptación en el planeta, por lo pronto nos consolamos al iniciar el puente Guadalupe Reyes y despedir a Qatar.