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Tatuajes, discriminación y política… Los casos de Vladimir Franz en República Checa y “El Mijis” en México

Los tatuajes, ese adorno lleno de significados que engalanan la piel de quien los porta, no tendrían que incidir significativamente en las relaciones humanas, sin embargo, la realidad es distinta y la discriminación se hace presente constantemente contra los llamados “tatuados”.
En México ha causado revuelo la elección de un joven, ex pandillero, cholo y tatuado, a una diputación en el Congreso de San Luís Potosí, a la cual llegará abanderado por Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Partido Encuentro Social (PES) y del Trabajo (PT).
Pedro César Carrizales Becerra, nombre de El Mjis, cobró notoriedad no gracias a su logro político o a su trabajo con jóvenes de la entidad, sino por el hecho de haber sido pandillero, estar tatuado, vestirse de cholo y haber estado preso. Los comentarios clasistas y discriminatorios en redes sociales no se hicieron esperar.
Sin embargo, este no es el primer caso de una persona tatuada que llega a un puesto político arropado por el clamor popular; tal es el caso del flamante viceministro de cultura de República Checa, Vladimir Franz, quien con el 90 por ciento de su cuerpo tatuado llegó, incluso, a competir por la presidencia de su país.
Vladimir tiene 58 años, es licenciado en Derecho, artista, compositor de música clásica y en el proceso electoral que se celebró en República Checa entre 2013 y 2014 obtuvo, para su candidatura, el apoyo de casi 90 mil ciudadanos, superando las 50 mil firmas que le ley estipulaba.
Actualmente Franz es parte del gabinete del presidente Milos Zeman y suena fuerte para buscar, nuevamente, la presidencia de su país debido a su trabajo al frente del Ministerio de Cultura en la que defiende el acceso de la población a la educación y cultura y pugna por sus derechos pero también por sus deberes.
Aún con su formación académica y sus logros en el ámbito público y cultural de su país, Franz, al igual que El Mijis, fue discriminado y cuando era candidato a la presidencia le llamaban “el avatar” o “el candidato verde”, aunque la mayoría de los comentarios hacia su persona eran positivos.


En 2013, el medio inglés The Guardian, publicó algunas entrevistas sobre lo que opinaban los votantes de República Checa sobre Franz y sus tatuajes y las respuestas fueron similares: “los tatuajes no son un problema en absoluto, en lo que nos debemos fijar es en las propuestas”, decía en aquel entonces Tomas Pistora, un especialista en informática de 33 años.
“El tatuaje no hace ninguna diferencia”, declaraba Jakub Fisera, estudiante de Praga quien vio mayor problema en la falta de experiencia de Franz en política que otra cosa.
En México, a “El Mijis” le llovieron infinidad de mensajes discriminatorios entre los que se destacaba su pasado y apariencia y aquellos que aseveraban que “jamás dejarían el futuro de miles de niños en sus manos”.
Carrizales Becerra une así a la lista de políticos en el mundo que resaltan por su extravagancia pero que participan activamente en la vida pública de su país; otro ejemplo es el diputado español Alberto Rodríguez, quien causó revuelo al presentarse ante el Congreso, en 2016, con rastas y una playera negra deslavada.
El diputado, que representa a Santa Cruz de Tenerife, también ha sido objeto de discriminación como en aquella ocasión, en 2016, cuando en plena inauguración de la nueva legislatura una compañera suya, conservadora, insinuó que la presencia del joven podría generar algunos piojos.
Rodríguez legisla a favor de los jóvenes y se ha manifestado, en tribuna, en contra de las detenciones arbitrarias en toda España y a favor de las cooperativas.
“El Mijis” ha prometido que verá por los jóvenes de San Luís Potosí a los que visibilizará para incluirlos y recomponer el tejido social basándose en el trabajo colectivo como el que ha realizado con su organización Movimiento Juvenil Popular, el cual desde hace ya algunos años trabaja con jóvenes pandilleros para su reinserción en la sociedad y búsqueda laboral.

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