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Unidad canina de Atizapán es parte de la estrategia contra la inseguridad

Su preparación los hace tolerantes al estrés, las multitudes, a la luz y al sonido de sirenas y hasta de armas 

Estos animales de la corporación han logrado resultados importantes en los operativos en transporte público y cateos


Perros integrantes de la Unidad K-9 en Atizapán de Zaragoza, han sido parte de la estrategia para combatir la inseguridad en este municipio, sostuvo Pedro Antonio Sánchez Toribio, policía primero e integrante de esta unidad adscrita a la Unidad de Operaciones Especiales (UNOPES) de la Dirección de Seguridad Pública y Tránsito Municipal.

Lo anterior al recordar que, de acuerdo con la última Encuesta de Seguridad Pública Urbana que publicó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), Atizapán de Zaragoza se encuentra entre los municipios menos inseguros de la entidad mexiquense.

El policía primero detalló que, actualmente existen cinco elementos caninos en la corporación policiaca, los cuales están capacitados en la búsqueda de estupefacientes y armas, otros en ataque y defensa en situaciones que involucran a sus compañeros y agresores.

En los últimos dos años, canes integrantes  la Unidad K-9 han participado en la detención de un asaltante que se escondió en una cisterna, después de haber robado a un cuentahabiente. El responsable de esta detención, detalló, fue un perrito de nombre “Max”, quien falleció en el año 2022.

Además, “Inna”, una perrita fallecida el año pasado, logró detectar restos humanos en el domicilio del multifeminicida Andrés “N”.

“Estos animales han logrado resultados importantes en los operativos en transporte público y cateos, en los que han encontrado distintas sustancias prohibidas, marcando la pauta para lograr detenciones de delincuentes”, comentó Sánchez Toribio.

Actualmente, “Bambino”, “Lucky”, “Kali”, “Aquiles” y “Zeus” son quienes integran la Unidad K-9 y  apoyan el trabajo de la Unidad de Operaciones Especiales de la Policía de Atizapán de Zaragoza.

Su preparación los hace tolerantes al estrés, a las multitudes, a la luz y al sonido de sirenas y hasta de armas.