Familiares de los cuatro trabajadores de una bodega de pollo en Toluca, secuestrados el pasado 22 de diciembre de 2023, se manifestaron nuevamente frente a Palacio de Gobierno para exigir a las autoridades agilizar la investigación.

Y es que indicaron que tras 53 días del hecho delictivo, solamente se tienen a cuatro presuntos responsables detenidos, de los cuales sólo a uno se identifica plenamente al aparecer en el video que circuló en redes sociales evidenciando el secuestro, y de los trabajadores se desconoce su paradero.

Karina Contreras, propietaria de la bodega hizo un enérgico llamado a las autoridades de seguridad federal, estatal y municipal para que trabajen de manera coordinada y no bajen la guardia hasta que todos los responsables paguen por el delito cometido y hasta que Eliseo Escobar, Isidoro Díaz, Jaime Ramos y Rigoberto Colín, los trabajadores, aparezcan sanos y salvos.

“No pedimos otra cosa ni necesitamos algo más que el que los vayan a buscar, ya son 53 días de angustia y desesperación de no saber nada de ellos. Por mi parte, no voy a descansar hasta que los responsables paguen y estén donde deben estar, tampoco hasta que los cuatro trabajadores regresen bien porque ellos no tienen nada que ver en esta situación, ellos solo trabajaban por necesidad”, expresó.

Respecto al tema de la extorsión, Karina Contreras explicó que llevaban pagando una cuota a una banda criminal desde hace tres años aproximadamente, pero desde hace un año comenzó a ser víctima de amenazas e intimidaciones que originaron que contratara a personal de seguridad adscrita a los Cuerpos Auxiliares del Estado de México (CUSAEM).

Fue el 18 de diciembre pasado, dijo, que sin previo aviso la Secretaría de Seguridad le retiró la vigilancia que tenía, dejándola en estado de indefensión y ocasionándose días posteriores el atentado contra su negocio y sus trabajadores.

“De las personas detenidas sólo hay una que aparece en el vídeo, las tres restantes no, pero sí participaron de alguna manera en el hecho. Necesitamos que se haga justicia porque aunque tenemos que seguir trabajando, no lo hacemos con tranquilidad porque hay temor y miedo de que podamos sufrir algún otro atentado”.