Considerando la palabra “resistencia” como una de las principales cualidades de las mujeres, la diputada Azucena Cisneros Coss, reconoció que gracias a los movimientos y exigencias sociales en materia de equidad, las mujeres se visibilizaron en la política.

A seis años de haber sido elegida como legisladora para ocupar una curul en el Congreso Mexiquense, Cisneros Coss, detalló que su camino se abrió luego de las reformas electorales, donde obligaron a los partidos a ponderar el tema de género, “no sólo eso, sino que se ponderó la elección de una mujer en función de la competitividad”.

“Antes se perfilaba a hombres para cargos de elección popular y nosotras éramos como esa que está atrás, que tiene funciones importantes, pero no de representación”, comentó.

Las reformas, enfatizó, lograron hacer visibles “a las que teníamos más de 20 años de participación en la política”.

En su caso, la legisladora dio a conocer que su participación en causas sociales dio inicio desde el movimiento del EZLN, el movimiento del 99, desde una formación de movilización, para después hacer presencia en participación electoral, “porque el apoyo a las causas sociales se hacen desde diferentes trincheras”, expresó.

Asimismo, refirió que al igual que muchos mexiquenses tuvo dificultades económicas que la hicieron trabajar desde joven y trasladarse largas distancias de su casa al trabajo y a la escuela.

Sin embargo, además de estas complicaciones, tuvo que ser resistente ante la violencia de género, entre las que destacan las prácticas de los hombres de hablar sigilosamente de las cualidades de una mujer.

“Ese cuchicheo, es violencia, uno tiene que aprender a ponerse seria y no permitir que la traten desde ese nivel, ante ese acoso hay que poner un alto, saber ser tajante y determinante eso a mí me ha hecho trascender”, expuso.

Azucena Cisneros Coss es legisladora reelecta, fue la más votada de todos los legisladores que conforman la LXI Legislatura mexiquense.

A seis años de estar en su cargo y con más de 20 años en la política, reconoce que “las mujeres resistimos y tenemos que aprender a hablar fuerte, sin temor a nadie, porque nadie tiene derecho de tocarnos o hacernos sentir mal en la mínima oportunidad”.