El Estado de México tiene regiones atractivas para el desarrollo agropecuario, por lo que la siguiente administración deberá fortalecerlo, señaló Laura González Hernández, presidenta del Consejo Coordinador Empresarial de la entidad (CCEM). 

La representante de empresarios, reconoció que los trabajadores del campo han exportado muchos de sus productos por sus propios medios, pero esta exportación puede incrementarse, de contar con el apoyo de las autoridades.

El campo mexiquense, comentó, continúa siendo poco atendido a pesar de que “hay mucho por hacer”, ya que existen diferentes climas a lo largo del territorio para que se desarrollen una gran variedad de productos. 

Este sector, junto con el sector industrial y logístico, son los que deberán seguirse atendiendo en los próximos años, pues “la logística siempre ha sido la vocación del estado, porque estamos en el mejor centro de consumo del país, todo queda cerca para producir, almacenar y vender”, señaló la presidenta del CCEM.

Datos del Censo Agropecuario 2022, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) indican que la mano de obra en actividades agropecuarias o forestales en el Estado de México, asciende a 2 millones 728 mil 382 personas, de las cuales el 68.1 por ciento es de hombres y el 31.9% de mujeres, sin embargo, en comparación con el Censo Agropecuario 2007, la mano de obra femenina incrementó 33.5 su participación.  

Existen 440 mil 531 unidades de producción agropecuaria, de las cuales 371 mil 802 se encuentran activas. 

Las unidades de producción agropecuaria activas, contaron con 584 mil 381 hectáreas de superficie sembrada y 82 473 no sembradas. 

De estas últimas, 56 mil 582 hectáreas eran superficie en descanso y el resto, que asciende a 25 mil 891, no sembrada por mal temporal, por falta de crédito, por enfermedad, por falta de dinero o apoyos o porque no hubo quien la sembrara, entre otras causas.

En tanto, se estima un promedio de 68 mil 729 unidades de producción agropecuaria que se encuentran en descanso. 

De acuerdo al Censo, los problemas más comunes que percibieron las y los productores agropecuarios y afectaron la producción y productividad de las unidades de producción fueron: altos costos de insumos y servicios, con 91.5 por ciento; factores climáticos, con 80.6; baja de precios o disminución de ventas a causa de la pandemia por la Covid-19, con 40.8 por ciento; pérdida de fertilidad del suelo, con 38.7%; inseguridad, con 34.1; y los factores biológicos, con 33.9 por ciento.