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Desatiende Óscar Sánchez el emblemático Ojo de Agua

La desatención es total, no existe mantenimiento 

El contraste es notorio entre los espacios que están a cargo del Ayuntamiento de Sánchez García y los que no


A la problemática que se presenta en conjuntos habitacionales de Almoloya de Juárez, por la desatención del gobierno municipal encabezado por Óscar Sánchez García, habría que sumar decenas de situaciones más en donde la inacción, presión, amenaza y corrupción, son distintivos de su actuación.

De acuerdo a versiones de ejidatarios ubicados en alrededores de rancho San Juan, Calacuaya y el Pasteo -por citar algunos- por instrucciones de Sánchez García, se les impuso una tarifa por uso del suelo para vender -a lo cual no se oponen- pero por supuesto no están dispuestos en lo mínimo, a aceptar las ofensivas -millonarias-cantidades que solicita. 

Las amenazas, presiones -para eso sí- son constantes con la presencia de funcionarios para vigilarlos, se llevan a cabo con rondines permanentes, para evitar con ello su establecimiento, no para cuidarlos u ofrecerles ayuda. Con tal de amedrentarnos, dicen habitantes de la zona (con nombre y apellido y de quienes, a petición suya, por el momento resguardamos su identidad) desatiende las delegaciones y poblados.

Capital Estado de México realizó un recorrido por varias zonas, apreciándose algunas con montones de desperdicios de todo tipo -incluso en la propia cabecera-. El colmo, nos comentan, es la desatención en el Ojo de Agua, sitió que alguna vez fuera fuente de recursos para el propio municipio y sus habitantes, atracción turística de clase mundial, hoy se ha convertido en un espacio sucio, fétido y de gran peligro para quienes transitan por el lugar. Por cierto, la mayoría de ellos estudiantes de planteles cercanos.

El contraste es enorme, entre la “pileta” donde aún se observa la raya en el agua y las albercas ubicadas en la zona del atrio de la iglesia y su periferia con los escasos diez metros de lo que alguna vez fuera el Ojo de Agua. 

Hoy en este lugar se observan piedras, un puente grafiteado, bolsas de plástico y nada del agua cristalina que alguna vez llevó a que decenas de habitantes -sobre todo mujeres- del municipio y de otros, fueran a lavar algunas prendas o también punto de reunión y de días de campo para un número importante de familias.

Como se observa en las gráficas, la desatención es total, no existe mantenimiento e incluso lo que alguna vez fuera un río, hoy confluye con un canal de aguas negras, que por supuesto se encuentra al aire libre y representa un foco de infección para la población que por ahí transita, obvio, también para vecinos.

El contraste es notorio entre los espacios que están a cargo del Ayuntamiento de Sánchez García y los que no, pues mientras en uno priva el orden y la limpieza en el otro, que es su responsabilidad está desolado.