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Charla Irma Lozano acerca de la técnica del telar al bajo lizo

 

Se siente orgullosa de que su padre, el Señor Hilario Lazcano González, le enseñara el oficio de tejer


El Museo Hacienda La Pila inauguró recientemente la exposición “Tejiendo una historia local”, la cual se conforma por 27 gobelinos que permiten conocer el trabajo textil que desarrollan artesanas y artesanos de Xonacatlán.

En el marco de esta exposición, este recinto museístico ofrece actividades que complementan la experiencia de las y los visitantes, y en esta ocasión la artesana Irma Lazcano Aldama, originaria de Xonacatlán, compartió con el público una charla de técnica de telar al bajo lizo.

Externó que se siente orgullosa de que su padre, el Señor Hilario Lazcano González, le enseñara el oficio de tejer y, sobre todo, en un telar de este tipo que da como resultado verdaderas obras de arte.

“Aprendí desde muy pequeña, no fue fácil, pero hoy puedo decir que estoy satisfecha y muy contenta por los trabajos que junto a mi familia realicé y con los cuales se dio también a conocer la labor de mi padre”, expresó.

“Crear gobelinos lleva un proceso largo, ya que los telares que nosotros ocupábamos eran muy grandes porque si no, no había forma de poder realizar la técnica al bajo lizo. A nosotros nos daban los diseños y se comenzaban a tejer”, agregó.

En la trayectoria que tiene su familia en esta rama artesanal, han vivido experiencias gratificantes y conocido a artistas que reconocen su trabajo, por ejemplo, dijo que estuvieron haciendo telares con Leopoldo Flores y Marín Prado, quienes pedían trabajar en sus diseños de maneras muy específicas, ya que la mezcla de colores que hacían era muy complicada.

Compartió que la técnica, que principalmente era empleada en la fabricación de tapices, consistía en intercalar hebras de distintos colores durante el proceso del tejido, lo cual exige mayor destreza y creatividad para alcanzar los diseños y efectos cromáticos.

“Una de las desventajas de esta técnica es que quien la realiza no puede seguir o checar a detalle el resultado de su trabajo hasta que esté terminado, lamentablemente es cuando ya no se pueden remediar los defectos”, mencionó.
Recordó la emoción que sentía al momento de terminar y entregar una pieza, ya que trabajar al bajo lizo es complicado y ver la obra realizada después de uno o dos meses era una gran alegría y motivación.

Finalmente, invitó a que conozcan la exposición, ya que no sólo tiene historia, sino también emociones que al momento de tejer el artista va plasmando en la obra.