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Opinion

#Tintero “Por el bien de México, primero la democracia”

Hace unos días el “primer damo” de Guerrero, Félix Salgado Macedonio, padre de la gobernadora Evelyn Salgado, se refirió a la solicitud de la Iglesia Católica a grupos criminales para establecer una tregua durante este proceso electoral. Dijo, más o menos el senador morenista, “así como hay sacerdotes de Dios, también hay sacerdotes del diablo”, y pidió a los curas que no se metieran en política. Por desgracia, México se encuentra inmerso en una vorágine de violencia, sangre y muerte que merece mejores declaraciones.

El domingo, los obispos de la Iglesia Católica emitieron un comunicado sobre la campaña electoral de 2024. Pidieron una nutrida participación ciudadana, o sea acabar con el abstencionismo. Pero -advirtieron-, “también sabemos ya de algunos riesgos que amenazan la estabilidad democrática”. Y es que, como bien señalaron los obispos, todos deseamos que este proceso electoral sea un ejemplo de civilidad en el que los actores políticos cumplan las leyes y las normas en materia electoral.

Ante la ola de violencia que vive el país, consideraron necesario que las autoridades responsables de la seguridad y las fuerzas del orden garanticen la protección y la paz, de tal manera que se eviten, por motivos electorales, las agresiones, los atentados y los lamentables asesinatos de candidatos políticos lo que, por desgracia, está a la orden del día.

Usted, yo y todos los que vivimos en México aceptamos lo que dicen los obispos, que “el peor de los escenarios es aquel en el que el crimen organizado y otros grupos delincuenciales intervengan en el proceso electoral”. Por desgracia, su solicitud de dejar de lado las descalificaciones de los contrincantes no será atendida, porque es patrocinada por el inquilino de Palacio Nacional. Ojalá la voz de los obispos no sea como la de aquellos que claman en el desierto y sea escuchada por todos los hombres de buena voluntad.

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