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Rescate en edificio colapsado de la Benito Juárez

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  Eran decenas de voluntarios que se levantaban pedazos de concreto, láminas, maderas y vidrios para encontrar a Juan Manuel Papiol, de 60 años, y su hijo Manuel en el edificio que se colapsó en la esquina de Galicia y Niños Héroes en la delegación Benito Juárez. Después del sismo del 7.1 grados Richter, los […]


 
Eran decenas de voluntarios que se levantaban pedazos de concreto, láminas, maderas y vidrios para encontrar a Juan Manuel Papiol, de 60 años, y su hijo Manuel en el edificio que se colapsó en la esquina de Galicia y Niños Héroes en la delegación Benito Juárez.
Después del sismo del 7.1 grados Richter, los vecinos de la colonia Niños Héroes corrieron a ayudar los condóminos.
A media calle, a las 13:14 horas, los vecinos como María Teresa González observaron cómo el edificio de tres piso y  12 departamentos se vino abajo.
A la mitad de la calle apenas y podían sostenerse
De entre los escombros sacaron a la madre de Janet de la Paz.”la única que está en el hospital es mi mamá. Tiene fractura de brazo y de pierna”, expresó llorando.
Los seis integrantes de su familia se encuentran bien. Sólo pudieron rescatar algunos documentos.
Nada saben de su mascota, un perro llamado “Capulín”.
El inmueble estaba dañado desde el temblor del 19 de  septiembre de 1985. En 32 años no se arreglaron los desperfectos y una columna fue la que se colapsó.
El temblor de 7.1 grados Richter lo derrumbó
Una hora después del temblor, eran decenas de voluntarios, elementos de protección civil, bomberos y los denominados “Topos” los que trataban de ponerse de acuerdo para rescatar a las dos personas que les habían dicho que estaban atrapadas.
Vecinos comenzaron a repartir cartulinas con la leyenda de “Silencio” que levantaban cuando se requería calma para escuchar posibles llamados de auxilio.
Espontáneamente se organizaron cadenas en las que se movilizaban ágilmente cubetas con escombro.
Otros repartían vasos y botellas de agua.
A gritos, y a veces apoyados por un megáfono, los policías capitalinos intentaron poner orden. Era aproximadamente unas 500 personas las que llegaron hasta el edificio colapsado para ayudar.
Llegaron estudiantes, amas de casa, trabajadores de la construcción y curiosos que levantaban en grupo los pesados bloques de cemento.
Después llegó la maquinaria pesada.
Entre el caos, gritos, el sonido de los picos y las palas, salían las cubetas llenas de escombro.
A las 17:00 horas llegaron un grupo de elementos del Ejército Mexicano para aplicar el Plan MX y el DNIII de apoyo a la ciudadanía.
Algunos vecinos comenzaron a repartir tapabocas y comida. Los que no podían cargar los escombros hicieron cadenas humanas para impedir el paso de los curiosos.
Fueron cinco horas en la que decenas de personas de voluntarios luchar para sacar de los escombros a los dos vecinos.
Algunos sin camisa y con cascos hasta de motocicleta llegaron hasta la cima de los escombros.
De pronto, los bomberos y la policía rodearon a un señor de 60 años que llegó hasta el edificio colapsado.
Era Juan Manuel Papiol
Cuando se comprobó que no estaba en su casa en el momento del temblor, los rescatistas estallaron en júbilo.
Con un megáfono, reportaron que don Juan Manuel estaba vivo, ileso,  al igual que su hijo.
Entre aplausos los voluntarios se dieron la mano y se abrazaron.
Estaban felices de que al menos en este edificio no había perdidas fatales.
Los bomberos abrazaban a don Juan Manuel.
A punto del llanto, el señor de 60 años jubilado le dijo que eran unos ángeles por intentar rescatarlo.
Los bomberos, rescatistas, y algunos policías capitalinos se retiraron del lugar para apoyar en otras zonas afectadas.
En un improvisado albergue que se instaló frente al edificio colapsado, en la acera de la iglesia, estaban montones de ropa llena de polvo.
Era lo único que pudieron rescatar.
Una 100 personas se quedaron en el edificio para remover escombros.
Ahora Janet de la Paz y Juan Manuel Papiol, así como otras 12 familias esperan el apoyo del gobierno capitalino y de la delegación Benito Juárez. Todo lo perdieron. La noche la pasarán en la calle. Verificarán si aún pueden rescatar algo de sus pertenencias.