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Nunca fumó, pero vive conectada a un tanque

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Hasta 0.1% de la población expuesta fallece por contaminación


Elizabeth Benítez, de 53 años, carraspea antes de hablar; hace dos meses le diagnosticaron enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), nunca fumó ni usó biomasa para cocinar; ahora vive conectada a un concentrador de oxígeno, dejó su empleo y sus duchas deben durar menos de 15 minutos, si no, se asfixia.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) indicó que en 2010 en el Valle de México habitaban poco más de 20 millones de personas; ese mismo año, de acuerdo con el informe Efectos en la Salud por la Contaminación Atmosférica en México, del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), se registraron 20 mil 496 muertes relacionadas con contaminación; es decir, 0.1 por ciento de la población de dicha área en ese año falleció a causa de la contaminación.
Enemigo invisible
El INSP indicó que las partículas en suspensión (PM, por sus siglas en inglés) de 2.5 y 10 micrómetros son contaminantes imperceptibles que afectan el sistema respiratorio; para entender lo invisibles que son, el promedio del cabello es de 50 micrómetros.
Estas partículas agravan el asma y la bronquitis crónica, provocan reducción de la función pulmonar, catarro y exacerbación del asma, así como infecciones respiratorias, EPOC y cáncer, entre otros padecimientos.
El INSP indicó que en 2010 murieron 223 mil personas por cáncer de pulmón en el mundo atribuibles a la contaminación; en 2013 la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer clasificó la polución en el aire como un elemento carcinógeno.
Elizabeth relató que desconoce la razón de su enfermedad, recordó que por dos años trabajó en Huixquilucan, para lo cual debía tomar un camión en la avenida Legaria, donde más autobuses hacían base y dejaban una bola de humo negro.
“Empecé con una tos muy persistente, cada vez me fatigaba más, hasta que me empecé a asfixiar”, indicó.
Seis meses estuvo en tratamiento tras una crisis de tos que casi le cuesta la vida. Entonces le hicieron estudios y descubrieron una infección en sus pulmones y EPOC.
Esta noticia cambió su vida. Ahora necesita que le preparen de comer, pues una chispa cerca del tanque podría hacer volar su casa. Además, procura no salir para no gastar en recargas a un tanque portátil.
Si bien el IMSS le proporcionó un tanque y el concentrador, el agua destilada y la electricidad las paga con sus incapacidades y ayuda familiar, mientras espera que se apruebe su pensión.
Ana Moreno Sánchez, profesora del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), indicó que, además de las PM, el ozono, el dióxido de nitrógeno, de azufre y el monóxido de carbono son otros contaminantes dañinos para la salud.