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Opinion

Trabajo decente: llave del desarrollo

Durante la semana pasada, tuve la oportunidad de estar presente en dos eventos decisivos para el futuro de nuestro país: la instalación del Consejo Nacional para la Agenda 2030 y el Foro de los Países de América Latina y el Caribe sobre el Desarrollo Sostenible. Además de compartir estrategias contra la pobreza y coordinar buenas prácticas relacionadas al cuidado del medio ambiente, los asistentes pudimos darnos cuenta de algo elemental: sin trabajo decente, el desarrollo incluyente en nuestros países será difícil de alcanzar.
En este sentido, el Día de Trabajo celebrado ayer debe hacernos reflexionar sobre lo que hemos avanzado, pero también sobre lo que falta por hacer. Trabajadores, empresas y gobierno, debemos consolidar una agenda basada en diálogo y derechos, que se traduzca en mejores condiciones y la posibilidad de impulsar mayor bienestar para todas y todos. Ningún trabajador puede ni debe ser pobre si se esfuerza todos los días por su familia y su país.
La agenda del trabajo decente, entrelazada con la tarea social, debe promover la inclusión de grupos vulnerables; esencialmente, debe sustentarse en la participación de los jóvenes y la igualdad de género. El verdadero empoderamiento de la mujer, tanto en la arena pública como en la privada, debe ser la prioridad en este inicio de siglo para guiar el crecimiento de manera justa y balanceada para todos.
Los trabajadores deben ser reconocidos como el propulsor de una nación, patrimonio que debemos proteger para combatir la pobreza a largo plazo, desde todos los frentes.
Fundamentalmente, el garantizar el ejercicio de los derechos sociales deberá estar acompañado de un esfuerzo colectivo para impulsar opciones productivas, en el campo y en las ciudades.

Nuestro Dato: En 40 meses se han generado 2.7 millones de empleos formales, 377 mil 694 en el primer trimestre del año, cifra histórica según datos del IMSS.

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