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Opinion

¿Se humillará Monreal?

En 1998, tras 23 años de militancia, Ricardo Monreal se fue del PRI después de que el presidente Ernesto Zedillo le negara la candidatura priista a la gubernatura de Zacatecas. Ni tardo ni perezoso, Andrés Manuel López Obrador, que entonces era el presidente nacional del PRD, le ofreció la candidatura perredista, la cual rápidamente aceptó. Así, el 12 de septiembre de ese año el de Fresnillo tomó posesión del Poder Ejecutivo de su estado.
Después de ser gobernador, Monreal ocupó varios cargos dentro del PRD y en 2006 llegó por segunda ocasión al senado, siendo vicecoordinador de la fracción perredista hasta diciembre de 2008, cuando por órdenes de AMLO renunció al PRD para incorporarse al PT y asegurar que ese partido se mantuviera como fracción y no perdiera sus considerables prerrogativas económicas.
En 2012 Monreal coordinó la segunda campaña presidencial del aún perredista AMLO y fue candidato a una diputación federal por Movimiento Ciudadano. En septiembre de ese año se convirtió en el coordinador de los diputados de ese partido, cargo que abandonó en febrero de 2015 para coordinar a los diputados de Morena que ese mes fueron reconocidos como un grupo parlamentario.
Poco duró como coordinador ya que renunció para convertirse en candidato de Morena a la jefatura delegacional de Cuauhtémoc. Ganó a la elección y en octubre de 2015 asumió el cargo que hoy ocupa.
Es evidente que desde 1998 Monreal fue el más fiel de los escuderos de AMLO. Por los caprichos del tabasqueño, militó en cuatro partidos en menos de 10 años, mostrando así que su fidelidad no es hacia las ideas sino hacia una sola persona.
Después de haber obedecido en todo a su líder, era lógico que Monreal supusiera que éste le daría la candidatura morenista a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México. Desafortunadamente para él, el “Peje” no premió su lealtad y prefirió ungir como candidata a Claudia Sheinbaum, por considerarla aún más fiel que el delegado de Cuauhtémoc.
Apenas se vio traicionado por AMLO, Monreal anunció que probablemente buscaría la candidatura a la JGCDMX por otro partido. Sin embargo, después de varias semanas ese objetivo parece que no ha fructificado y al delegado le quedan pocas opciones: quedarse al frente de Cuauhtémoc, aceptar una candidatura por un micropartido o, como se rumora, aceptar la presidencia nacional de Morena, cargo que es sólo honorífico en vista de que en ese partido sólo manda AMLO auxiliado por sus hijos.
Monreal enfrenta una decisión que definirá su futuro político. Mantener su recién descubierta dignidad y renunciar a Morena, o quedarse en el partido para aceptar el hueso que le tire López Obrador.
¿Se humillará otra vez más el zacatecano ante su malagradecido caudillo o por fin declarará su independencia política? El viernes lo sabremos.
ruizhealy@capitalmedia.mx
@ruizhealy
/Eduardo J Ruiz Healy

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