www.capitaledomex.com.mx

Puntos sobre las íes

w-full h-auto eagerload wp-post-image
 

Quiero ser gobernador Antonio Navalón @antonio_navalon ¿Se acuerdan cuándo éramos niños y nos preguntaban qué queríamos ser de grandes? Yo lo tengo claro, porque cuando sea grande quiero ser gobernador. Vivimos en un país que durante 70 años centró su objetivo nacional en debilitar el poder del presidente. Y es que, su poder era enorme, […]


Quiero ser gobernador

Antonio Navalón

@antonio_navalon

¿Se acuerdan cuándo éramos niños y nos preguntaban qué queríamos ser de grandes?

Yo lo tengo claro, porque cuando sea grande quiero ser gobernador.

Vivimos en un país que durante 70 años centró su objetivo nacional en debilitar el poder del presidente. Y es que, su poder era enorme, es más de no haber sido un Estado laico, el presidente también hubiese podido condenarnos al infierno por pecadores.

Pero después de 70 años de intenciones para bajar la figura presidencial al mundo terrenal, llegó la transición que nos llevó a tener un presidente underground como fue Vicente Fox.

A cambio de eso nos inventamos 31 presidentillos —uno para cada Estado de la República— que se dedicaron a comprarse aviones y empezaron a recibir la parte del presupuesto de la federación que corresponde a la seguridad, la salud y la educación, sin tener que explicar la forma en la que utilizaban ese dinero.

Y es que, el dinero ya está destinado y es hasta obligatorio gastárselo. Sin embargo, la institución encargada de revisar el buen uso de los recursos públicos, es decir, la Auditoria Superior de la Federación, es al día de hoy una instancia simbólica, ya que no cuenta con la facultad para meter a la cárcel a los gobernadores corruptos.

En ese sentido, tenemos a un Estado y a un presidente muy preocupados por sus gobernadores, porque “Fuenteovejuna, ¡todos a una!”, y todos ellos son los que a la hora de gastarse el presupuesto y corromperse, resultan mucho más libres que el propio presidente.

En este año, en el que vamos a elegir a doce de estos “superhéroes”, hay que considerar que tal vez habrá alguno que tenga buenas intenciones. Pero es muy probable que la mayoría sean como aquellos que tienen una cuenta secreta.

Y después, como si no fuera suficiente, Felipe Calderón les hizo el gran regalo de permitirles pagar de su partida presupuestal de seguridad, el combustible y el alimento de nuestras tropas enviadas para la lucha contra el narcotráfico. ¿Se imaginan todo lo que sucedió ahí?

Sin lugar a dudas, ¡quiero ser gobernador! Manejaré los presupuestos de la Federación. Y sólo me podrán condenar una vez al año en una declaración en el Congreso que a nadie le importa.

Por eso, cada vez que alguna autoridad hace declaraciones acerca del fracaso de nuestra Policía, está haciendo un señalamiento equivocado. Ya que en el fondo los responsables de que los policías sean los capos del delito, son los gobernadores por el mal uso que hacen del dinero.

Por lo tanto, sugiero que la prueba de confianza no sólo se le haga a los policías, sino también a nuestros señores gobernadores.