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Opinion

Puntos sobre las ÍES

“Un nuevo mundo”

Antonio Navalón
@antonio_navalon

Llegó el momento, y el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, viajó a Cuba en el Air Force One, no sólo con su equipo de trabajo, sino también con su esposa, sus dos hijas y su suegra, la señora Marian Robinson.

Ahora Obama termina su mandato rompiendo paradigmas.

Y en ese sentido, ha visitado Argentina y Cuba, concentrando un mismo mensaje hacia el interior de su país, el cual manifiesta que si el imperio del norte quiere seguir siendo líder internacional, tiene que conocer el mundo y dejar de coleccionar enemigos.

Esa situación explica, por ejemplo, la preocupación que ha provocado el fenómeno de Donald Trump en el establishment estadounidense, ya que se ha convertido en un clear and present danger, es decir, en un peligro claro y real para el propio sistema.

Sin embargo, el mundo aún confía en que se logrará llegarle al precio para que el especulador neoyorkino se retire. Aunque de no ser así, EU ya ha demostrado que tiene otros procedimientos para que un fenómeno como Trump no vulnere sus intereses.

Obama hizo de todo en Cuba, asistió a un partido de béisbol, habló en español e incendió por una parte la autocrítica de su país, y por otra, la advertencia del gobierno cubano de que ya nada será igual después de esa visita. Y como destacó su antecesor Franklin Delano Roosevelt: “de lo único que tenemos que tener miedo es del propio miedo”. Y en ese aspecto, en una política que estuvo muy bien articulada, Barack Obama sembró la semilla para demostrar que se está realizado un cambio estructural.

Porque en realidad su mensaje estaba destinado a todos los habitantes del continente para decirles que América debe ser para los americanos, sólo que ahora sin golpes de Estado, sin asesinatos de presidentes y sin nada de lo que ha hecho la hegemonía estadounidense desde que se estableció esa doctrina.

Comprendo por qué Obama no viene a México, pero lo que no entiendo es la causa por la que nuestro país se está rezagando ante la reconfiguración del nuevo mundo. Y es que, nuestras autoridades deben saber que el viaje a Cuba y a Argentina es una redefinición de América, y que tanto ellos como nosotros los mexicanos, estamos siendo amenazados por esa desgracia llamada Trump.

En ese contexto, creo que nuestra canciller y nuestro embajador en Washington deberían tomar muy buena nota de los acontecimientos, como la exitosa visita a EU del primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, del incendiario discurso de Obama en La Habana, así como del tango que bailó en Buenos Aires.

Porque entre todo eso, la pregunta es clara: ¿nosotros a quién le importamos?

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