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Opinion

Puntos sobre las ÍES

El 19 de junio del 2013, frente a la Puerta de Brandenburgo –recordando el histórico discurso que John F. Kennedy pronunció en el Ayuntamiento de Schöneberg en 1963, en el que se confesó berlinés cuando Alemania se dividía por un muro– Barack Obama, el que pretendía derrumbar todos los muros, emitió un discurso vibrante y esperanzador.

Ese discurso señalaba que muchas cosas son posibles, que él con el toque de color que le daba la historia estadounidense ahora podía sentarse en el Despacho Oval, y que el mundo podía construir otro tipo de relaciones y una nueva realidad.

Ahora, tres años después y tras el cumplimiento de dos mandatos, el Premio Nobel de la Paz –que ha acumulado un gran número de muertos regresó a Berlín para despedirse de Europa mediante una intervención sincera, pero realista.

Obama destacó que en estos años conoció los límites de la realidad y que hay muchas cosas que sí son posibles.

Sin embargo, en ese momento en el que se despedía de sí mismo y de la canciller alemana Angela Merkel, también le estaba dando el adiós a la insalvable crisis de la Unión Europea.

Hace ocho años, llegaba a Estados Unidos un poeta y soñador. Hoy, amenaza con llegar un aullido vociferante que representa, con botas de cowboy, la razón de la prepotencia, la fuerza de las armas y lo peor del imperio del norte.

Sin embargo, Obama también tuvo algo que ver en todo esto, porque Donald Trump no surgió como una epidemia traída desde otro lugar, sino que se originó ahí mismo para intoxicar al pueblo estadounidense.

En ese sentido, Trump es el hijo de la furia blanca que alberga la clase media de ese país. Y es que nadie consideró ni su dinero, ni sus sentimientos ante la crisis económica del 2008, que si bien la empezó George Bush, ésta continuó con Barack Obama. Y es durante su mandato en el que los castigados fueron los integrantes de la clase media estadounidense, los mismos que hoy aclaman al empresario neoyorquino.

¿Será que los sueños son imposibles? Porque Obama, el hombre que cambió por un momento las estructuras del poder en EU, tuvo un mandato y medio en el que no se distinguió más que por ser un abogado de Harvard destinado a cuidar el corralito.

Pero ahora Barack Obama, el de los últimos doce meses, el desafiante, el del restablecimiento de la relación con Cuba y el del acuerdo nuclear con Irán, es el mismo que se retira con la posibilidad de entregar el país a un candidato republicano llamado Donald Trump. Y a una situación en la que Guantánamo sigue abierto y Wall Street nunca pagó por el daño que le hizo a millones de personas en todo el mundo.

Antonio Navalón
@antonio_navalon

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