Capital Estado de México

Opinion

Indicador Político

Con el apoyo de medios de comunicación progresistas hacia su candidatura, Hillary Clinton parece representar una burbuja de expectativas; sin embargo, ha tenido que ir asumiendo la agenda radical conservadora del republicano Donald Trump por el giro a la derecha de la mayoría silenciosa estadounidense.

Las elecciones primarias en EU deben de leerse en un escenario bastante especial:

1.- Los precandidatos republicanos representan, todos, el enfoque conservador; por tanto, la elección será de perfiles, no de proyectos.

2.- Del lado demócrata existe ya una polarización derechaizquierda; Hillary Clinton representaría al establishment conservador –no reaccionario sino capitalista–, en tanto que Bernie Sanders sería el ala izquierdista, socialista y sobre todo anti Wall Street.

3.- Por tanto, ahí podría estar fijándose la ventaja republicana: el voto homogéneo. En tanto que en los demócratas, no hay garantías de que los seguidores de Sanders vayan a votar por Hillary.

4.- En número la situación está más explícita: el voto popular homogéneo de los republicanos suma 21.7 millones de estadounidenses, en tanto que Hillary tiene 10.4 millones y Sanders 8.1 millones 19 millones en total. El voto de conciencia por Sanders no será endosado a Hillary.

5.- La ventaja de Trump sobre Ted Cruz es menor a los delegados que necesita para ganar. Y a pesar de haber competido con la aureola simbólica de Barack Obama en las primarias de 2008. Hillary tuvo el mismo porcentaje de votos ahora que en 2016, en tanto que Sanders aumentó 1.1 puntos porcentuales su votación que la de Obama hace seis años. Es decir, Hillary ya llegó a su techo.

6.- El voto latino podría ser un mito. En la votación en Nueva York, 5 por ciento de latinos lo hicieron por Trump, en tanto que apenas 14 por ciento de latinos sufragaron por Hillary.

El 91 por ciento de los blancos votaron por Trump y el 57 por ciento de blancos lo hicieron por Hillary. Así, el discurso racial de Trump ha sacado a los anglosajones a votar, en tanto que Hillary se queda sólo con el voto tradicional de los estadounidenses medios.

7.- El giro conservador de Hillary Clinton hacia la agenda de Trump en el caso México fue un indicio de que la demócrata se irá más a la derecha racista. La primera interpretación sería en el sentido de que el voto progresista no le alcanza para ganar y no parece tener confianza en el voto de las minorías hispanas.

En dos ocasiones Hillary atacó a México por temas ya tocados por Trump, justo antes de las primarias en Nueva York, donde supuestamente el voto progresista le daría más ventaja sobre Sanders, pero sin entusiasmar a los hispanos.

8.- La apuesta de los demócratas, con el presidente Obama a la cabeza, fue en el sentido de que el voto por Trump se agotaría pronto; pero el giro conservador de Hillary fue el reconocimiento de que la agenda racial de Trump estaría sacando a votar a la mayoría silenciosa cansada de la crisis económica y social.

9.- Las críticas de Hillary Clinton al Gobierno mexicano en materia de corrupción y derechos humanos no le generaron más votos de la comunidad mexicana en EU, porque la candidata no habría comprendido la lógica electoral de los mexicanos en territorio estadounidense: les preocupa más vivir en EU que la crisis en México.

10.- Hillary puede ganar las primarias y hasta la Presidencia, pero a condición de parecerse más a Trump.

Política para dummies: La política es la ética de la corrupción.

CARLOS RAMÍREZ

http://indicadorpolitico.mx

carlosramirezh@hotmail.com

@carlosramirezh

Salir de la versión móvil