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#HerenciadelMéxicoAntiguo Bupu: atole espumoso, bebida del cielo

Carlos Alviso
 

Los zapotecos son una comunidad que ha subsistido por muchos siglos, preservando sus tradiciones ancestrales, fiestas, ceremonias y por supuesto, la riquísima gastronomía, cuyos platillos y bebidas dan esencia y propiedad a muchos oaxaqueños del Istmo de Tehuantepec. En la ciudad de Juchitán de Zaragoza, es un sitio donde el paso del tiempo no ha […]


Los zapotecos son una comunidad que ha subsistido por muchos siglos, preservando sus tradiciones ancestrales, fiestas, ceremonias y por supuesto, la riquísima gastronomía, cuyos platillos y bebidas dan esencia y propiedad a muchos oaxaqueños del Istmo de Tehuantepec.

En la ciudad de Juchitán de Zaragoza, es un sitio donde el paso del tiempo no ha cuadrado estragos para diseminar las costumbres pasadas, como la preparación de la bebida, que dicen, proviene de la divinidad celestial, conocida como Bupu, vocablo zapoteca que significa espuma.

Antes de que la humanidad existiera, los antepasados de los zapotecas fueron honrados para habitar la Tierra. Se dice que eran una raza de gigantes que provenían del manto estelar, otros nacieron de las espesas nubes y algunos más de las raíces fuertes y gruesas de los árboles.

Guerreros y sabios conformaban a la mayoría de ellos, y cuentan que todos hablaban un lenguaje que hasta hoy se le conoce como “palabra de las nubes”, haciendo honor a su mítico y legendario origen que se cuenta en esta historia, la cual narra su procedencia.

Con la intervención española, se comenta que estos guerreros zapotecos fueron distraídos y dispersados por música, danza y otras distracciones que implementaron los europeos para así dominarlos. No obstante, los pequeños grupos oaxaqueños llevaron consigo a sus dioses y al Bupu.

En esa bebida eternizaron la magia de las nubes, los secretos de los árboles enraizados y el misticismo de las estrellas, tal vez por eso al probarlo, nos remonta a recuerdos maravillosos o entrañables en nuestra vida, tiempos que marcaron nuestra vida existencia individual.

Los zapotecos que aún habitan el municipio de Juchitán, en el Istmo de Tehuantepec, aseguran que en cada sorbo de este atole espumoso lleva consigo un pedacito de cielo y algo del espíritu de sus antepasados que nos dejaron en el Bupu una herencia más del México antiguo.