Capital Estado de México

Opinion

Explorando programas

Me dicen que lo caro o barato de votos corporativos va a depender de negociaciones o desesperación de cada partido político, más aún cuando los tiempos del Día D se acerquen…Por citar algunos ejemplos, líderes de transportistas le están jugando, diría mi papacito, al canelas…Hoy van con un partido y mañana ya están con otro y el miércoles con uno más. El motivo, pues claro es venderles ese supuesto voto corporativo en el menor de los casos multiplicado por dos, pero si las posibilidades son amplias, la multiplicación llegará a cinco. Me explico, y es de acuerdo a una conversación que si bien no está en mi poder, sí me fue permitido escuchar, bueno pues la dichosa negociación ocurre, más o menos así. Transportista: Mira te estoy asegurando por lo menos 36 mil votos, el de cada uno de los 12 mil choferes que tengo en mi agrupación y dos familiares. Ya hablé con ellos y están dispuestos a salir a votar por ti.
Ayúdame para que pueda apoyarte, bueno ayuda a la agrupación. Personaje 1: Pero cómo me vas a garantizar que todos van a votar por nosotros, de qué manera me lo vas a asegurar. Transportista: No bueno, se trata de confianza ¿no? así como nosotros confiamos en ustedes, así de allá para acá, somos hombres. Personaje 2: Y si requerimos aumentar el número de votos ¿qué? Transportista: Claro que se puede, ustedes nada más digan cómo le hacemos para convencerlos…Personaje 1: Pero me debes garantizar que no irás con otro partido a ofrecerle lo mismo. Transportista: ¿Qué pasó jefe, yo respeto mucho mis acuerdos?… Dos días después el personaje uno se enteró que el Transportista se había cambiado nada más de banqueta para ofrecer los mismos 36 mil votos a otro “cliente”.
LA RABADILLA DEL POLLO
Pollos en el tejado me dicen que en la Fiscalía de Justicia mexiquense siguen sin encontrar la cuadratura al círculo y cada vez meten más hondo el “choclo” por timoratos en asuntos delicados, como es el caso de la joven universitaria…¿Hasta cuándo le bajarán a la soberbia?…Cierro pico. Shalom.

Salir de la versión móvil