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El Rey León

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Por: Antonio Navalón


Como al inicio de la película El Rey León, la política en México, en Estados Unidos y en el resto del mundo es siempre un ciclo de vida.

Y ahora le tocó ocupar todo el espacio a lo que creíamos imposible, a lo más vulgar y a lo que aparentemente tiene los valores más primarios.

Que el oro sea el metal favorito del presidente electo Donald Trump nos recuerda que antes hubo un rey Midas que todo lo que tocaba lo convertía en oro. Sin embargo, ese no es el caso de Trump, porque a él simplemente le gusta y todos tenemos que tragarnos el empalago de sus edificios en los que el oro siempre se usa para escribir su nombre.

Y es que, si bien se ha mostrado como un león muy fuerte que un día sin esperarlo se convirtió sorpresivamente en rey, no ha dejado de comportarse hasta el momento como un simple león perdido.

Ahora a medida que han ido avanzando los días y se han ido filtrando los errores y los aciertos del presidente electo del imperio del norte, resultará más fácil establecer ciertas políticas en nuestro país.

En ese sentido, es importante considerar que en primera, tenemos la moneda más volátil del mundo. Así ha sido durante muchos años porque de esa manera hemos podido capitalizarnos frente a la voracidad de las hienas y los zopilotes millonarios que normalmente se han comido los despojos del pueblo de México.

Y en segunda, le hemos puesto todo muy fácil a los especuladores para que como pasaba en los años 30 durante la prohibición en Estados Unidos, ellos pudieran tener en nuestro país su tierra de libertinaje, sus drogas, su sexo y su alcohol.

Eso hicimos con la moneda, la convertimos en el agua caliente del sistema de reservas de divisas del mundo, y ahora no nos podemos rasgar las vestiduras porque vengan al prostíbulo o porque vengan a jugar o a drogarse, puesto que ese negocio siempre ha funcionado así.

Sin duda, ésta es una gran oportunidad para todos, y es que Trump dentro de pocos días descubrirá que no hay un esclavo con cadenas de oro más importante en el mundo que el presidente de Estados Unidos.

Y en este momento tenemos que aprovechar para ordenar el territorio y saber que al menos durante un tiempo la potencia del norte no podrá dar lecciones de ningún tipo al resto del mundo, especialmente a nosotros los mexicanos.

Estamos en una carrera contra reloj, donde el ciclo de la vida ya nos permite saber que se acabó la comodidad de que nos vengan a decir desde afuera cómo hacer las cosas.

Por lo tanto, tenemos que empezar a hacerle ver a toda la rapiña internacional que cada día será más difícil venir a comerse nuestros despojos.