www.capitaledomex.com.mx

El Asombro

w-full h-auto eagerload wp-post-image
 

Apenas en la entrega anterior les comentaba sobre la anécdota entre los entrenadores Hernán Cristante y Miguel Herrera, de una simple calentura a la agresión total y completa cuando la vida nos muestra ejemplos de eso que hemos decidido no saber que ahí está, me refiero a la violencia cotidiana, a ésa que nos habla de lesionados, muertos y demás. Conste, lo aclaro para que no se malinterprete, en este espacio, este alado no promueve la violencia en ninguna de sus formas y tampoco hace o hará apología del crimen, simple y sencillamente se trata de opiniones. Quizás estés de acuerdo o no, pero por supuesto que eso no nos hará enemigos ni mucho menos, bueno ya estuvo suave de tanta disculpa y rollo…
El asunto es que mientras muchos nos clavamos en el “affaire” Cristante-Piojo, en una de las plazas más “nice” de la capital, en pleno Reforma, un varón baleaba a su ex pareja y después trataba de quitarse la vida…En la misma capital, pero en Coyoacán, una vez más un grupo de personas agredió a policías que, ahora sí, cumplían con su deber. Por cierto acción, la de agredir, que es muy recurrente en esa zona…Hice uso de varias fuentes y formas para conseguir el nombre de la mujer agredida y de los policías, pues “na” nadie sabe…La fuerza de la costumbre, podría ser, pero no más del 95 por ciento de los casos en donde existe violencia no se recuerda, tiene o se busca el nombre de las víctimas. ¿La razón? según estudiosos, está relacionada con el número importante de eventos, así como el deseo o la precaución por no meterse en problemas, “entre menos sepas, estás más seguro”, es la conseja popular…
Bueno pues, por eso me llama más la atención el asunto de los entrenadores, un forcejeo deja más impacto en la raza que el momento en que una mujer recibe tres disparos de arma de fuego o la agresión a elementos policiacos que, incluso son llamados a declarar en asuntos internos por disparar al aire en un intento de disuadir a agresores. Nos asombramos e indignamos al ver escenas de agresión a animales y cuando esto se trata de seres humanos la indignación se voltea para otro porque, “ve tú a saber qué hizo para que se lo regresaran. Es el karma que le dicen”…Cierro pico. Shalom.