Capital Estado de México

Opinion

#Dobleces Rutilio, el débil

Sin el mínimo interés de apoyar la pacificación del país impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, y en específico en la frontera sur, el gobernador Rutilio Escandón pasó a tener un gobierno de ornato. Chiapas es territorio de plomo y autoridades débiles. Es la representación de la abdicación de la autoridad y del Estado de Derecho al ceder sus responsabilidades al crimen organizado.

Las imágenes difundidas en las redes sociales —recientemente— mostraron a los pobladores formando una especie de pasillo en los costados de la autopista federal 211, donde expresaron su agradecimiento con aplausos y ovaciones hacia el grupo armado que presuntamente liberó la carretera tras un bloqueo de más de 13 días.

El fenómeno de la frontera sur en sus múltiples facetas es un “punto caliente” en la agenda política de México en los tiempos de la cuatroté. Lo visto el fin de semana es la debilidad de un gobierno que cede sus responsabilidades, sin pudor, al crimen organizado.

El 27 de junio pasado, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de Chiapas, confirmó que 14 integrantes de la institución habían sido privados de la libertad, por personas civiles armadas, en el tramo carretero Ocozocoautla-Tuxtla Gutiérrez, en inmediaciones del crucero “Llano San Juan” y que de manera inmediata se estableció un operativo permanente por aire y por tierra con todas las fuerzas armadas para dar con su paradero.

Al día siguiente se difundió un video donde una de las personas secuestradas, confirmaba que estaban bien. “Nos encontramos muy bien para que no se preocupen nuestras familias”, y señaló las exigencias de los plagiarios al Gobernador Rutilio Escandón, para que renunciaran algunos funcionarios de la Secretaría para que con ello los liberaran.

Ahora, el crimen organizado pasó en convoy por la zona bloqueada en lujosas camionetas blindadas, portando armas largas y con vestimenta estilo militar. Con ello, la ingobernabilidad y el vacío de poder por parte de Rutilio Escandón está exacerbada. La autoridad legítima se ha trasladado hacia la ilegalidad y la impunidad; lo que se permite con ello es dejar el paso libre a que los generadores de violencia se apoderen de espacios, rebasen a las autoridades y se encarguen de atender demandas ciudadanas.

Desde hace dos años, la región fronteriza y la sierra madre de Chiapas han estado sumidas en la tensión, la violencia y el terror debido a la rivalidad entre los supuestos cárteles CJNG y Sinaloa, lo que ha provocado una oleada de desapariciones, secuestros, despojos y asesinatos, así como el desplazamiento forzado y el reclutamiento compulsivo.

El gobierno de Rutilio Escandón no garantiza los mínimos niveles de seguridad para los ciudadanos. La estrategia de “abrazos y no balazos” atrofia las decisiones de mandatarios y se permite que el crimen gobierne y al mismo tiempo se tome facultades de “autodefensa”. La distorsión y el rebase de autoridades llegó al extremo en Chiapas. El gobierno es un reducto de oficina para trámites. A final de cuentas, Rutilio Escandón solo es un gobernador de paso, sin densidad ni toma de decisiones firmes.

Salir de la versión móvil