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Opinion

#Dobleces Muchas armas

El disparador del 4 de julio superó la realidad y la demanda presentada por la cuatroté ante una Corte Federal estadounidense en Boston, Massachusetts, en contra de 11 productores y distribuidores de armas, a los que acusa de comercio negligente e ilícito. También rebasó el proyecto de ley sobre violencia con armas más amplio en décadas firmado por el presidente Joe Biden.

El hombre armado que disparó desde un techo contra un desfile por el Día de la Independencia en un suburbio de Chicago y mató a por lo menos seis personas, además de causar heridas a otras 30, también se convierte en el gatillero contra un mexicano.

En este tema, EU y México van en caminos separados, en el tema de matanzas, por la cultura de cada país y la diferencia abismal entre el tipo de violencia existente en cada nación. Estados Unidos padece fanatismos, extremismos y supremacistas. México es violencia generada por los cárteles dominantes y guerra por las plazas en estados sobre todo del Norte y Occidente.

Ante este escenario se complicado que exista una política pública federal que involucre a los dos países, ya que la división de poderes en Estados Unidos dota de mayor autonomía a los estados que en México, por lo que es poco probable que se pueda llegar a un acuerdo efectivo entre Andrés Manuel López Obrador y Joe Biden, para frenar de tajo el tráfico de armas.

Fiscales y procuradores norteamericanos aseguran que los fabricantes de armas son responsables del aumento de la violencia en su país

Si bien el discurso mediático para regular las armas ha sido muy bueno, todavía falta aterrizar las formas de cooperación y enfrentar las diferentes adversidades que se pueden generar por la forma en la que está constituido el gobierno de Estados Unidos. El otro de los problemas es que las agendas de los gobiernos son tan aceleradas que los temas se pierden.

Lo positivo que existe en este momento es que, el gobierno mexicano haya dado pasos estratégicos para posicionar el tráfico de armas en la agenda bilateral con Estados Unidos a través del Entendimiento Bicentenario. Sin embargo, falta mucho que regular y trabajo por hacer al interior. El problema de México es interno, ya que cada vez crece más el mercado ilegal de venta de armas, el cual es más accesible. A través de redes sociales se da un mercado negro de armas en México.

Si México no puede contener el tráfico ilegal, no puede tener injerencia en las políticas de Estados Unidos. A pesar de que las fabricantes, distribuidores y vendedores de armas, pidieron que el recurso legal se desechara, la Corte Federal en Massachusetts aceptó el litigio, luego de que 14 procuradores estatales y 27 fiscales de distrito apoyaron la demanda mexicana.

Según lo firmado por Biden, la legislación endurecerá las verificaciones de antecedentes para los compradores de armas más jóvenes, mantendrá las armas de fuego fuera del alcance de más delincuentes de violencia doméstica y ayudará a los estados a implementar leyes que faciliten a las autoridades despojar de sus armas a personas consideradas peligrosas.

Ninguno de los dos países puede con la ola de armas con las que se trafica a diario. Los muertos ya son cotidianos en los dos países que se convirtieron en rehenes de ese mercado negro que cobra vidas y debilita los gobiernos.

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