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Opinion

Convocatoria nacional contra la corrupción

la irracional ira de quien piensa que los periodistas deben tolerar los actos irracionales de los gobernantes”
Finalmente le resultó útil el montaje a don Javier Corral Jurado, gobernador itinerante de Chihuahua, porque negoció la liberación de su conspicuo y principal detenido en el sistema penitenciario del estado, Alejandro Gutiérrez, a cambio de 900 millones de pesos que presuntamente no le entregaron en tiempo y forma, pero que le sirvieron de pretexto para ocultar la guerra de baja intensidad que mantiene con la etnia rarámuri, a quienes ni siquiera ha recibido.
Una vez alcanzados los acuerdos en la Secretaría de Gobernación, se ha desvivido en reconocimientos para su titular, Alfonso Navarrete Prida, a quien ahora tilda de uno de los mejores políticos del país, y poseedor de una sensibilidad y honorabilidad a toda prueba. También apuntó que Gobernación ha recuperado la interlocución con los estados, que había sido trasladada a la Secretaría de Hacienda. Sin mencionarlo, el señor Jurado se refirió directamente a Luis Videgaray.
Una vez que la efusividad de haber alcanzado su propósito, aunque para ello haya mantenido a un personaje como rehén, ahora tratará de convertirse en el paladín de las causas de los estados de la Federación, pues ha convocado a los empresarios, políticos y ciudadanos para que organicen una lucha nacional contra la corrupción política. También convocó a organizaciones civiles, académicos y ciudadanos a unirse a esa lucha que desde ahora será su nueva bandera reivindicatoria.
Qué bueno que el señor Corral Jurado logró alcanzar acuerdos con la Secretaría de Gobernación para la entrega de los recursos que presuntamente le detuvieron. Qué bueno que haya aceptado que Alejandro Gutiérrez sea trasladado a un penal federal en Ciudad Juárez para que sea visitado por sus familiares, aunque siguen sin desmentirse las versiones de que ha sido torturado, lo que ha motivado la intervención de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Como he dicho en colaboraciones anteriores, el señor Corral Jurado es un hombre de odios, y no lo oculta, es más, en ocasiones pareciera presumirlo. Pero no hay político que coma lumbre, y menos el gobernador de Chihuahua. Qué bueno que ya tiene otra causa más para seguir manteniendo su activismo político con el pretexto de luchar contra la corrupción, sumando a hombres y mujeres de todas las condiciones sociales y actividades diversas.
La pregunta es: ¿Hasta cuándo asumirá su responsabilidad como Gobernador Constitucional del Estado de Chihuahua? Porque allá las cosas no están como la efusividad mostrada en sus discursos. La etnia rarámuri enfrenta una de sus peores crisis por las condiciones climáticas, y un brutal embate de empresarios apoyados por las estructuras gubernamentales interesados para despojarlos de las tierras que detentan desde tiempos ancestrales.
Y ni que decir de la delincuencia organizada, que ya ha rebasado con mucho a los cuerpos policiales y a la misma Procuraduría General del Estado de Chihuahua. Al tiempo.

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