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Víctimas de violencia sexual en Atenco testifican ante CoIDH

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Piden que se castigue a toda la cadena de mando que estaba a cargo en mayo de 2006.


Once mujeres víctimas de violencia sexual en San Salvador Atenco, en mayo de 2006, asistieron a una audiencia pública ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH).
Representadas por el Centro de Derechos Humanos Agustín Pro Juárez (Centro Prodh) y el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL), Mariana Selvas Gómez, Georgina Edith Rosales Gutiérrez, María Patricia Romero Hernández, Norma Aidé Jiménez Osorio, Claudia Hernández Martínez, Bárbara Italia Méndez Moreno, Ana María Velasco Rodríguez, Yolanda Muñoz Diosdada, Cistina Sánchez Hernández, Patricia Torres Linares y Suhelen Gabriela Cuevas Jaramillo aseguraron que  fueron agredidas durante los operativos policiacos del 3 y 4 de mayo de 2006 en San Salvador Atenco, cuando gobernaba el Estado de México el actual presidente Enrique Peña Nieto.
Además narraron las circunstancias de su detención; la descripción de la violencia física, psicológica y sexual que sufrió y de la que fueron testigo a partir de su detención, incluyendo en su traslado a la prisión.
Italia Méndez declaró que esperaba que “el estar nosotras once aquí hoy no represente un problema de seguridad para nosotras y nuestras familias”.
Angélica Patricia Torres Linares mencionó que “busca que se diga la verdad y se haga justicia por lo que el 3 y 4 de mayo pasó y que se castigue a toda la cadena de mando”.
Detalló que luego de que policías desalojaron violentamente a quienes se oponían a la venta de terrenos para construir un aeropuerto alterno a la Ciudad de México “con el pretexto de no dejar vender a floristas en Texcoco, fueron llevadas a un  lugar en el que calcula había más de 130 personas, donde los policías las manosearon”.

“Me dijeron que eso me pasaba por estar en mi casa, me volvieron a colocar y me siguieron golpeando (…) en el momento en que nos sacaron me dijeron que me levantara la blusa y me la pusiera en la cabeza (…) se escuchaban gritos, se olía la sangre”, dijo

Agregó que no hay políticas con las que se evite la violencia de género.


Aclaró que no se sabe el impacto que tiene la tortura.
“Me miraba al espejo y no me reconocía (…)  decía todas las mujeres son bonitas, menos yo. Me borré”.
Después de la audiencia, en la que participarán también representantes del Estado mexicano, los integrantes de la Corte tomarán algunas semanas para dar su veredicto final.