El hacinamiento en las cárceles del Estado de México se debe a la sobrepoblación de reos que supera el 150 por ciento de su capacidad, establece el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2019, elaborado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).

De acuerdo con el estudio, la totalidad de penales mexiquenses tiene una capacidad para albergar a nueve mil 275 reos, mientras que hay una población superior a 23 mil 600 reclusos.

Este hacinamiento es mayor al que se registra a nivel nacional, que es de un poco más de 33 por ciento, el estudio de la Comisión Nacional de Derechos Humanos corresponde al año pasado.

El Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria registra al Centro Preventivo y de Readaptación Social “Juan Fernández Albarrán”, ubicado en el poblado de Barrientos, en Tlalnepantla, como el que presenta una mayor sobrepoblación con 300 por ciento.

En el llamado penal de Barrientos, debería haber un máximo de mil 38 internos (915 hombres y 123 mujeres), sin embargo tiene una población de cuatro mil 155.

El segundo penal de la entidad que enfrenta ese fenómeno es el Centro Preventivo y de Readaptación Social de Chalco, con capacidad para 750 reclusos (700 hombres y 50 mujeres), pero con dos mil 988 (dos mil 832 masculinos y 156 femeninos), es decir, 299.5 por ciento más.

Luego está el Centro Preventivo y de Readaptación Social de Cuautitlán, diseñado para albergar a 442 internos (385 hombres y 57 mujeres), aunque tiene una población de mil 457 (mil 377 masculinos y 80 femeninas).

En cuarto puesto figura el Centro Preventivo y de Readaptación Social “Dr. Sergio García Ramírez”, en Santa María Chiconautla, Ecatepec. Con cupo para dos mil 54 convictos registró cinco mil 282, para un 157.2 por ciento.

Enseguida se ubicó el Centro Preventivo de Nezahualcóyotl, “Bordo de Xochiaca” con límite de mil 858.