Los municipios de Metepec y Zinacantepec, ambos en el Valle de Toluca comparten, entre otras cosas, ser demarcaciones con alta incidencia delictiva, pues de acuerdo a cifras oficiales diariamente se cometen entre 12 y 14 delitos en ambas.

Según el Censo de Población y Vivienda del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en Zinacantepec el promedio de habitantes es de 203 mil 872 personas, mientras que en Metepec el número es de 242 mil 307 personas, por lo que se consideran territorios pequeños según la densidad poblacional.

El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) indica que estos dos municipios han registrado un aumento en materia de inseguridad. 

Para ejemplificar, en el primer trimestre de este año, en Metepec se reportaron mil 261 delitos, en tanto, Zinacantepec registró mil 101, siendo los delitos patrimoniales aquellos que más impactan a la población de ambos. 

De esta forma en Metepec se reportan 598 delitos patrimoniales y en Zinacantepec se registran 403, de enero a marzo de este 2022. 

Cabe destacar que de acuerdo con las estadísticas en Zinacantepec se cometieron 34 robos a casa habitación y al menos 36 robos de automóviles, mientras que 43 ciudadanos fueron víctimas de la delincuencia cuando circulaban por las calles, en 33 casos hubo violencia. 

Por supuesto la inseguridad abarca los diferentes espacios sociales, en el caso de comerciantes y empresarios ambos sectores también son víctimas de la delincuencia, pues se han reportado al menos 56 robos a negocios. 

Al igual que en Zinacantepec, en Metepec los delincuentes han ido contra la economía familiar y 122 metepequenses levantaron una denuncia por robo en la vía pública, del total en 75 de estos robos no reportaron algún tipo de violencia, sin embargo, los 47 restantes se cometieron con violencia.  Asimismo, 121 robos a negocios fueron denunciados. 

De la oportunidad con la que corporaciones policiacas atienden las demandas ciudadanas en ambas entidades municipales hay coincidencias, pues las respuestas son entre una y tres horas, sólo para indagar de qué se trata la denuncia, ni pensar en la persecución de los delincuentes. Primero por el tiempo transcurrido entre la llamada y la presencia policial y la segunda, porque los propios uniformados reconocen la superioridad del hampa.