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Día de Muertos, fiesta para vivos

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Entre la inacabable reflexión sobre rituales para “recordar a quienes se fueron”, es la tradición más popular y arraigada en la cultura mexicana


Por Eduardo Velásco
La celebración del Día de Muertos, es una de las fiestas más populares de los mexicanos, llena de misticismo, significados y elementos que la han llevado a convertirla en patrimonio inmaterial de la humanidad, que debe ser preservada y fomentada, por ser un elemento esencial, que brinda identidad al país ante el mundo, así lo refiere el doctor David Morales González, quien es investigador en temas de patrimonio cultural.
El investigador y académico de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la UNAM, explica que la celebración del Día de Muertos tiene sus orígenes en el México precolombino, que con la llegada de los españoles se generó, a través de la evangelización, un proceso de sincretismo, por el cual surge una fiesta dedicada a los muertos, que combina rasgos prehispánicos y católicos, única en el mundo.
Actualmente, en el Estado de México esta celebración se puede apreciar desde las representaciones que realizan los pueblos originarios, como los mazahuas, otomíes, matlatzincas, nahuas y tlahuicas, que se caracterizan por su colocación de ofrendas o altares de muertos, con características peculiares cada una, así como el arreglo de tumbas y la velación en los cementerios.
Pero también existe una amplia forma de celebraciones que se pueden observar, principalmente en municipios metropolitanos de la Ciudad de México, donde sus habitantes, dependiendo de su lugar de origen, llevan a cabo peculiares celebraciones, encontrando manifestaciones, tradicionales y religiosas, de estados como Oaxaca, Veracruz, Chiapas y otras entidades.
“Es la parte de dualidad que tenemos los mexicanos, que por un lado es un rito, pero por otro lado es una fiesta, somos un pueblo ritual como diría Octavio Paz”, puntualizó. Hay una delgada línea, entre el sentido que los prehispánicos daban a la muerte y lo que en la actualidad se le da al ritual de la muerte.
“Nosotros conmemoramos a la vida de nuestros seres queridos y decimos que son capaces de tomar la esencia de las ofrendas de las cosas que les gustaban a nuestros difuntos o ser querido que ya partió, y ya no se le da esa característica de trascendencia”, explicó.
Indicó que en el caso de los aztecas era importante este ritual, ya que todos los muertos trascendían al mictlán, el lugar de los muertos.
Esta celebración señala el investigador tiene sus orígenes en la época prehispánica, en rituales y rasgos que se realizaban en toda Mesoamérica.
“Podemos dar un repaso en todas las culturas mesoamericanas, tenemos que no sólo en la cultura mexica, está llena de motivos, símbolos y deidades dedicadas a la muerte, que entre ellos la festejaban, tenían hasta seis fiestas en honor a la muerte y los muertos, dedicados en el calendario solar”, explicó.
Como lo diría Eduardo Matus Moctezuma, parafraseo el investigador universitario: “era la muerte ligada a la cultura del México prehispánico”.
“No podemos comprender la cultura mesoamericana, sin su concepción de la muerte en su vida cotidiana”, señaló el académico, quien dijo que la fecha más importante era la que celebraban, a mitad de nuestro calendario, entre agosto y septiembre, dedicada a los muertos, que eran fiestas o ceremonias fastuosas, que podían durar hasta un mes.