Para que se cumpla el nuevo reglamento y las nuevas tarifas de grúas y corralones, es necesario que se presente una estricta supervisión de la Secretaría de Movilidad.

Así lo planteó la Unión Industrial del Estado de México (Unidem) que demandó la aplicación de sanciones para aquellos concesionarios que no cumplan con la aplicación de tarifas máximas y reglamento de operación.

El director de la Unidem Francisco Cuevas Dobarganes, afirmó que sólo así será efectivo el freno de abusos y corrupción, pues han llegado a pagar hasta más de 100 mil pesos por estos servicios.

“Agradecemos al Gobierno del Estado de México y a la Legislatura local, que se aprobara el reglamento y las tarifas de corralones, éste era un mal que sin duda aquejaba mucho a los transportistas y automovilistas que habían estado implicados en algún incidente o incurrido en alguna falta. A pesar de ello, los cobros aún siguen siendo muy altos ya que cobran por día y por distancia y son cantidades a veces impagables”, denunció el dirigente empresarial.

Dijo que durante décadas han prevalecido los negocios irregulares entre propietarios de grúas y los concesionarios de corralones, pues los primeros llevan las unidades a los sitios donde tienen algún acuerdo económico y los trasladan a sitios muy lejanos de donde ocurrió el incidente vial, con la intención de incrementar los costos de manera excesiva y los industriales han llegado a pagar hasta más de 100 mil pesos por uso de grúas y poder retirar sus unidades del corralón.

“Hemos visto unidades que a veces tienen problema por ejemplo en Tultitlán y lo llevan hasta Tecámac, o el incidente ocurre en Ecatepec y lo llevan hasta Tezoyuca; verdaderamente es alarmante y las tarifas que se ejecutan son muy altas, pues cobran por distancia”.

Por ello, el líder de Unidem solicitó al gobierno estatal que esta situación se regule, pues no se especifica en el reglamento publicado a inicios de agosto, que las grúas deben estar autorizadas al traslado de unidades, sólo en función de la zona donde ocurra el percance y no llevarlas a otros depósitos muy alejados, pues ello deriva en el cobro excesivo de tarifas y en actos de corrupción.

Consideró que además de los abusos, también prevalece la burocracia en los corralones, ya que los documentos que solicitan para liberar las unidades a veces son excesivos y ante cualquier situación que se detecte desde el punto de vista del responsable del depósito, hacen ir y regresar varias veces a los conductores, y así extienden el tiempo de estancia en el corralón.