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Cubrebocas, serán un problema medioambiental

 

Si no se sigue una estrategia adecuada para la disposición final de los cubrebocas usados, éstos podrían tardar en desintegrarse de cinco semanas hasta 50 años, provocando una afectación grave al medio ambiente, informó Lidia Sandoval, especialista en seguridad e higiene y catedrática de la Facultad de Química en la Universidad Autónoma del Estado de […]


Si no se sigue una estrategia adecuada para la disposición final de los cubrebocas usados, éstos podrían tardar en desintegrarse de cinco semanas hasta 50 años, provocando una afectación grave al medio ambiente, informó Lidia Sandoval, especialista en seguridad e higiene y catedrática de la Facultad de Química en la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM).

En entrevista para CAPITAL MEDIA, la especialista reconoció que a pesar de que hay normas claras para la disposición de estos artículos, no existe ni en los hogares, ni en los rellenos sanitarios un área específica para su tratamiento adecuado.

“En México tenemos bien hechas las leyes en la gestión de residuos, pero no hay cultura ni un hábito para su manejo por parte de los ciudadanos”, comentó.

La catedrática explicó que, si bien en el sector salud se tiene más información sobre el control y separación de los residuos para la disposición final, en los rellenos sanitarios no existe un área específica de separación en biodegradables y no biodegradables.

“La problemática se enfatiza cuando tiramos los cubrebocas o guantes en el mismo contenedor, el material que es biodegradable va a estar enmascarado con material que no es bideogradable, entonces va a afectar el proceso de desintegración”, detalló.

“El impacto es tanto para la tierra, el agua y la fauna, porque en nuestra inmediatez es tirado en donde sea, regularmente en la calle y la lluvia o el viento lo lleva a un lugar donde no están controlados, como las alcantarillas; lo que causa un mayor problema, todo tiene que ver con nuestra educación”, reconoció.

La química informó que, el “boom de la generación de cubrebocas” ha provocado que el ciudadano desconozca el material del que están hechos, ocasionando que surjan cubrebocas con productos químicos como pinturas llamativas que aumentarán el impacto que en el medio ambiente.

Según la Ley General de Prevención y Gestión Integral de los Residuos los cubrebocas son considerados como “residuos de manejo especial”, por lo que deben ir separados de los “residuos urbanos”, es decir, de la basura común.
De acuerdo a la información de la Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud, el uso de un cubrebocas dura solo la jornada laboral de un médico o enfermera, es decir, entre ocho a doce horas, por lo que debe ser inmediatamente desechado.