BOGOTÁ, 3 sep (Reuters) – Autoridades militares y de policía de Colombia capturaron a cuatro venezolanos a los que acusaron de planear ataques para desestabilizar al país cafetero, con el presunto apoyo y financiamiento del Gobierno de Nicolás Maduro, denunció el jueves el presidente Iván Duque.
Se trata del más reciente cruce de acusaciones entre Bogotá y Caracas sobre supuestos planes de conspiración y ataques contra sus gobiernos.
“Se adelantó la operación Santa Ana, donde fueron capturados delincuentes en nuestro país que estaban tratando de estructurar operaciones de desestabilización”, dijo Duque desde el municipio de Tibú, en el departamento de Norte de Santander, en la frontera con Venezuela.
“Personas provenientes de Venezuela y presuntamente promovidas y financiadas por el régimen dictatorial de Nicolás Maduro”, agregó el mandatario colombiano.
Por su parte, el director de la Policía Nacional, general Óscar Atehortúa, dijo que la operación que permitió la captura de los cuatro venezolanos, en las ciudades de Bogotá y Barranquilla, contó con el apoyo de la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional de Estados Unidos y la Agencia Federal de Investigación (FBI).
“Estaban planificando acciones desestabilizadoras con el fin de deslegitimar las instituciones del Estado colombiano”, explicó el oficial, quien reveló que una investigación de cinco meses permitió establecer que buscaban conformar grupos de operaciones con militares desertores venezolanos.
Atehortúa aseguró que las detenciones se produjeron al continuar una investigación que comenzó en marzo con el decomiso de 26 fusiles en el norte del país y vinculó a Alexandra Álvarez, una de las detenidas, con el general retirado Cliver Alcalá, quien se entregó a agentes de la DEA en Colombia y viajó a Estados Unidos tras ser acusado de narcotráfico junto a Maduro y otros altos funcionarios del Gobierno socialista.
Antes de entregarse a los agentes de la DEA, Alcalá declaró a una emisora que el arsenal confiscado por la Policía Nacional en una carretera del norte de Colombia estaba destinado a una operación militar para “liberar a Venezuela”, una actividad que formó parte de un contrato que firmó el líder de la oposición venezolana Juan Guaidó con asesores norteamericanos.
El Gobierno de Venezuela, a través del canciller, Jorge Arreaza, calificó como una “desfachatez” las acusaciones de Duque.
“Ahora resulta que los mercenarios desertores venezolanos iban a desestabilizar Colombia. Durante 2 años les dimos información precisa de las operaciones terroristas y jamás movieron un dedo. Los protegieron. Y así le pagan a esos traidores”, escribió en su cuenta de Twitter.
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(Reporte de Luis Jaime Acosta. Reporte adicional de Vivian Sequera desde Caracas, editado por Nelson Bocanegra.)
