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Dos copas para limpiar la mente

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Según estudios, el vino ayuda al cerebro a eliminar las toxinas asociadas al Alzheimer


Beber un par de copas de vino al día no sólo reduce el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y tumores, sino también ayuda al cerebro a eliminar las toxinas, incluidas las asociadas con la enfermedad de Alzheimer.
De acuerdo con un nuevo estudio publicado por la revista Scientific Reports, las investigaciones realizadas en torno al sistema glinfático permitieron descubrir nuevos beneficios del vino: una moderada ingesta de alcohol está asociada a un menor riesgo de declive cognitivo, mientras beber abundantemente lo aumenta.
El funcionamiento de este sistema es el proceso de limpieza del cerebro a través del cual el líquido cerebro-espinal es bombeado al tejido cerebral y permite eliminar toxinas, incluidas proteínas beta amiloide y tau, asociadas con la enfermedad de Alzheimer.
El mismo equipo de investigación mostró que el sistema glinfático es más activo mientras dormimos, puede ser dañado por un ictus o traumas y mejora con el ejercicio.
La ciencia del vino
La historia entre el vino y Carlos Moro viene desde la cuna, es hijo, nieto y biznieto de viticultores y bodegueros. Durante su carrera como empresario, el también ingeniero agrónomo llevó de la mano el negocio familiar con la ciencia, así halló un extracto polifenólico de uva tinta, el cual se usa en la creación de productos de nutrición y cosméticos.
Los polifenoles son moléculas neutralizadoras capaces de retardar o prevenir la oxidación de las células, que se encuentran de manera regularen la piel de las uvas moradas.
En el ser humano, los polifenoles son parte del sistema antioxidante celular, no obstante, el sedentarismo, grasas saturadas, exposición excesiva a luz ultravioleta (UV) y tabaco, entre otros, pueden hacer necesaria la ingesta de suplementos queretras en la oxidación.
“Aquello que se descubrió es porque la uva tiene polifenoles, antioxidantes naturales que genera para protegerse de la luz ultravioleta, mosquitos, del excesivo calor y frío”, comentó el viticultor.
Carlos Moro destacó que la mayoría de polifenoles vienen de la cáscara de la uva (hollejo), por lo que en un principio llevó a cabo la caracterización y extracción de éste a nivel laboratorio dentro de la bodega Emina, de la cual proviene el nombre comercial del antioxidante, eminol.
En diversas investigaciones encontraron que el eminol tiene efectos positivos, uno de ellos, dijo Carlos, es la capacidad de reducir el colesterol, cuyo hallazgo se dio luego de trabajar con gente que presentaba una ligera hipercolesterolemia, misma que lograba reducir de forma sustantiva.
El extracto de eminol procedente de la uva tinta Tempranillo, la cual contiene polifenoles como flavonoles, ácido elágico y gálico, antocianos, catequina y epicatequina, entre otros. La capacidad antioxidante contenida en cada cápsula es 180 veces mayor a la de su fruto de origen.