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Alas de papel en Nayarit: libros sobre ruedas

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*La profesora María Luisa Díaz González viaja en un camión compartiendo libros a las Escuelas Primarias de Nayarit Por Cristóbal Torres Nayarit, 8 de febrero (Notimex).— Después de trabajar más de veinte años en la docencia y recibir el dinero de su jubilación, la profesora María Luisa Díaz González decidió comprar un camión y llenarlo […]


*La profesora María Luisa Díaz González viaja en un camión compartiendo libros a las Escuelas Primarias de Nayarit

Por Cristóbal Torres

Nayarit, 8 de febrero (Notimex).— Después de trabajar más de veinte años en la docencia y recibir el dinero de su jubilación, la profesora María Luisa Díaz González decidió comprar un camión y llenarlo de libros, convirtiéndose en la única librería itinerante de Nayarit, llamada Alas de Papel, donde hasta la fecha ha recorrido 235 escuelas aproximadamente, tanto en zonas urbanas como en la sierra.

      Por ejemplo, acudió a la Sierra de Vallejo donde está el jaguar, “es hermoso, tiene un paisaje formidable y no sabes cómo me recibieron los niños; además llegaron diversas escuelas de la zona… Fue motivo de fiesta, todo un acontecimiento…”, recuerda la profesora en entrevista con Notimex.

      También fue a Amatlán de Cañas: “el camino es muy sinuoso, hay cierto riesgo porque la camioneta con libros pesa mucho y debemos ir despacio; pero todo se paga cuando uno ve a los niños felices y la emoción que tienen porque saben que quizás nunca volverán a ver una librería”.

      Díaz González menciona que actualmente existen muy pocas librerías en Tepic; la cantidad se reduce si se toman en cuenta las dirigidas al público infantil: “Librerías aquí habrá unas cinco, a veces encuentras distribuidores en tiendas departamentales o en tiendas de libros de viejo; realmente librerías en forma hay muy pocas… de hecho, no hay…”.

      Hace dos años se jubiló después de trabajar durante más de dos décadas promoviendo la lectura, esto al coordinar el Programa Nacional de Lectura de Nayarit; sin embargo, “creo que valía más la pena una cosa como la librería, estar más cerca de la gente que de la burocracia; esa dinámica no me dejaba avanzar y me hacía perder parte de esa sensibilidad con los niños, que son maravillosos”.

      Sus años como docente le permitieron generar una red de profesores que constantemente le solicitan libros y visitas a primarias: “ahí saco todo el trabajo que he realizado desde entonces; ahora he recorrido unas 235 escuelas en Nayarit, los maestros me buscan, me dicen que quieren que pase con mi librería y los visito”.

 

Una forma de combatir la violencia

Cada que viaja a las primarias, la profesora le explica a los niños que abrir un libro es una metáfora, “es como si al abrirlo estuvieran abriendo sus alas, estás echando a volar su imaginación; por eso a mi librería le puse el nombre de Alas de Papel”.

      Ella misma debe buscar recursos, pues su trato con las editoriales es muy poco. “Han sido muy pocas las que me han permitido darme libros a consignación; el resto yo los tengo que comprar, entonces he ido caminando con mi dinero y como me ha sido posible”. En ocasiones ha tenido que pedir dinero prestado para poder realizar entregas.

      A pesar del éxito y la enorme satisfacción que le ha significado su librería, se niega a abrir una nueva: “No es un asunto de patanería, pero parte del éxito de este proyecto soy yo misma; porque me avalan casi 28 años conociendo libros, escritores, autores y tratando tanto con niños y maestros”.

      Mucho valor y mucha pasión han sido los dos ingredientes que ella considera como los fundamentos que le han permitido viajar en su librería itinerante: “me mueve el interés por hacer que los niños y los jóvenes volteen hacia la literatura, de esa manera reducimos la violencia”.

      La profesora lamenta que hoy en día “los niños de estas generaciones han crecido con una visión que no les permite valorar la vida; hay un desprecio muy grande hacia la vida porque crecen con historias de cuerpos desintegrados en ácidos, cuerpos mutilados, lo normalizan y eso es lo que conocen”.

      Con Alas de Papel, la profesora encuentra una forma de “hacerles pisar tierra, devolverles el alma al cuerpo y demostrarles que existen otros mundos… otras posibilidades; les provoca comprender que la vida no se puede cambiar por cinco mil pesos y una metralleta”.

 

NTX/CTM/MBS