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Desarrollan nanopartículas para combatir el Parkinson

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La terapia de nanoparticulas fue lamada Caballo de Troya porque estas partículas están programadas, de material biológico.


La historia del Caballo de Troya se refiere a cómo los griegos escondidos dentro de un cuadrúpedo gigante de madera derrotaron a los troyanos y, al igual que en la Ilíada, el científico mexicano Daniel Martínez Fong desarrolla nanopartículas en cuyo interior transporta un gen para tratar el Parkinson.
Las nanopartículas son un millón de veces más pequeñas que el milímetro y las que elabora el investigador del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), se comportan como robots capaces de llevar genes terapéuticos a las poblaciones que buscan ser modificadas de manera genética.
“En el caso del Parkinson, enfermedad neurodegenerativa, usamos las nanopartículas para enviar genes que se llaman neurotróficos, que codifican para proteínas que van a causar vida, regeneración, supervivencia, reconexión del sistema dopaminérgico, que es el que se daña en la enfermedad de Parkinson”, destacó.
En entrevista, Martínez Fong explicó que este tipo de terapia génica va dirigido a la enfermedad de Párkinson idiopático, generada por traumas, intoxicación, medio ambiente, insecticidas, y drogas sintéticas.
“Este tipo (de Parkinson) a veces no llega a generar los cuerpos de Lewy y es el modelo que nosotros tenemos probado, llamado síndrome parkinsoniano”, detalló.
El también doctor en ciencias dijo que mediante este sistema van a detener la neurodegeneración de las neuronas dopaminérgicas y fomentará las reconexiones a las áreas que éstas regulan.
“Se llama Caballo de Troya porque estas partículas están programadas, de material biológico, las inyectamos localmente donde están las neuronas dopaminérgicas en el cerebro, hacen la misma función que el Caballo de Troya y finalmente expresan el gen neurotrófico”, dijo.
“El área se llama sustancia negra compacta que está en el mesencéfalo o cerebro medio, ahí se introducen en las neuronas supervivientes de la rata y cuando se expresa el gen neurotrófico las cura”, destacó.
Este “nanocaballo” está formado por un gen sintetizado, el cual está recubierto por péptidos, mismos que cuando realizan su encomienda dentro del sujeto de estudio se degradan, esto es que no son tóxicos.
“Lo que va a hacer la función es el gen, nosotros hacemos la clonación de genes, los adecuamos para que se puedan expresar en la rata y posiblemente más adelante en el humano, eso se llama biología molecular o ingeniería genética”, dijo.
Agregó que los resultados son completamente alentadores para el Parkinson, el cual se caracteriza porque se mueren las neuronas dopaminergícas que están en el mesencéfalo de manera gradual.
El científico dijo que a diferencia del tratamiento farmacológico, el cual funciona de manera temporal y no regenera, cuando se inyecta el Caballo de Troya a los ratas, la sintomatología se acaba, vuelven a la vida normal.
“Estamos notando que se empiezan a producir más neuronas, luego estás se empiezan a ramificar, luego se conectan a los sitios donde se tiene que conectar, esto se llama regeneración neuronal”,
“Eso no lo hacen las terapias actuales, no lo hace la L-dopa que es la pastilla que toman los pacientes parkinsonianos, ni tampoco la estimulación transcraneal, esto sólo alivian al paciente temporalmente, pero la degeneración patológica continúa”, sostuvo.
Nosotros lo que hacemos es detener la degeneración patológica y estamos probando que estamos además regenerado el sistema neuronal.
El doctor indicó que está finalizada la parte de investigación preclínica, ya demostraron que su uso no es peligroso, no causa inflamación, muerte celular ni mayor daño, al contrario, es beneficioso, “esto ya va para el paciente”.
Sin embargo, comentó que faltan algunas cuestiones para que este tratamiento pase a la etapa clínica, pues se requiere de permisos regulatorios y éticos.
Asimismo, dijo que este tratamiento también se puede emplear en el Párkinson familiar, sólo falta demostrarlo en los animales que simulen este tipo de enfermedad.
La guerra entre griegos y troyanos duró 10 años, para llegar a este punto de la investigación, el doctor Martínez Fong tardó cerca 20 años en desarrollar este Caballo de Troya.