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Puntos sobre las ÍES

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Antes de las redes sociales era comprensible que cada que alguien tuviera un micrófono o una cámara aprovechara para tratar de hacer historia. Pero ahora, desde que existe Twitter, Facebook y tantos medios para criticar y opinar, resulta un tanto absurdo desaprovechar la oportunidad de explicarnos cuando nos dan la palabra.

En la reciente entrega de los Premios Ariel hubo un discurso pronunciado por el director de cine mexicano Paul Leduc, el cual se presume que fue censurado por el mensaje que contenía.

En ese sentido, se debe reconocer que hay muchas cosas que no funcionan en México, muchos escándalos que denunciar y mucho dinero que ha sido robado sin ninguna explicación.

Sin embargo, aún existen aspectos que sí funcionan.

Y recorriendo la historia podemos recordar que desde la era de Carlos Salinas de Gortari en la que se creó Conaculta, el cine mexicano ha tenido unos niveles de libertad que ya hubieran querido otros países. Situación que en 1999 permitió la proyección de la película “La Ley de Herodes”.

Posteriormente, en medio de la guerra de Felipe Calderón, el Estado mexicano a través del Imcine, financió la película “El Infierno”. Y si existe algún lugar donde se pueda apreciar el infierno de nuestra cultura en los últimos años, sólo hay que ver lo que ahí se filmó y se estrenó nada menos que en el año del bicentenario de nuestra Independencia.

En 2013 “Nosotros los nobles”, un largometraje producido por nuestros compatriotas con un sistema público y privado de apoyo, se convirtió en una de las películas más taquilleras.

Además no debemos olvidar que hasta en los años más oscuros de la autarquía del Gobierno priista, el cine de Buñuel y Alcoriza ya conmovía los cimientos de los países de habla hispana con su película “Los olvidados”.

Por ese motivo considero que la noción de cine mexicano del director Leduc, demuestra unas enormes ganas de aprovechar un foco con un supuesto equivocado.

Y es que, el cine mexicano ha obtenido importantes premios internacionales, y me refiero a González Iñárritu y a Cuarón. Y pese a que sus producciones se realizaron en Hollywood, debemos tomar en cuenta que hasta que llegaron ahí tuvieron un lanzamiento como el que tuvo Guillermo del Toro, también mexicano.

Hemos fallado en muchas cosas, pero el cine es uno de los pocos elementos donde la capacidad creativa y la fuerza de nuestro pueblo siempre se abre paso y desborda cualquier límite.

Por lo tanto, efectivamente, entre más dinero se destine para promocionar el talento nacional todo será mejor. Sin embargo, el cine mexicano puede ser bueno, malo o regular, pero desde luego es una de las pocas actividades del país a las que no se les puede denominar como invisible.