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¿Partidos sin dinero?

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Eliminar el financiamiento público será el inicio de la dignificación que del ejercicio público requerimos realizar


Finalmente comenzó en la Cámara de Diputados la discusión y votación de la reforma constitucional para eliminar el financiamiento público a los partidos políticos. Lo previsible era que la decisión pasaría sin cortapisas y sin polémica, pero el Partido Acción Nacional ha establecido que pretende la realización de foros con ciudadanos y funcionarios sobre el tema, en contraposición al Partido Revolucionario Institucional que busca que la propuesta se avale lo antes posible, y sin consultas a externos.
Claro está que mucho tiene que ver el posicionamiento del presidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova Vianello, quien ha señalado que debe predominar la cordura ya que algunas propuestas pueden rayar en la demagogia y el oportunismo. Por su parte Marko Cortés, coordinador de los diputados de Acción Nacional reconoció que suprimir el financiamiento de los partidos políticos es una exigencia de la gente. La realidad es que Cortés tiene mucho de razón.
La primera propuesta en el tema resultó demagógica y la colocó en la mesa de discusión Andrés Manuel López Obrador, quien “generosamente” ofreció donar una parte del financiamiento de Morena para los afectados por los eventos de la naturaleza, pero cuando los tricolores decidieron llamar a todos a eliminar el financiamiento público, cosa que los mexicanos venimos exigiendo desde hace muchos años, el señor López intentó recular, pero la decisión de los liderazgos de los demás partidos terminaron por imponerse. Para decirlo mejor, el tiro le salió por la culata.
En lo personal no me gusta la idea del señor Córdova de pedir a la Comisión de Puntos Constitucionales que realice foros para escuchar a la sociedad y a funcionarios del propio instituto, así como a la Fiscalía Especializada en delitos electorales porque la dilación pudiera terminar con las ganas de los partidos de renunciar al financiamiento público, algo que los mexicanos venimos solicitando desde hace algunos años porque tenemos una de las democracias más caras del mundo.
Claro está que ante la posibilidad de eliminar el financiamiento público las cosas no tendrán la misma generosidad para los funcionarios de alto nivel del Instituto Nacional Electoral,sobre todo en materia de prerrogativas económicas a las que se ha acostumbrado el señor Córdova Vianello, o los gastos discrecionales que ha realizado sin rendir cuentas a nadie por el carácter autónomo del instituto que preside y que hasta ahora se ha mantenido en la opacidad.
En la circunstancia que está viviendo el país con la mitad de la población en situación de pobreza y una administración pública cara y organismos autónomos obesos, eliminar el financiamiento público será el inicio de la dignificación que del ejercicio público requerimos realizar para que la rendición de cuentas no siga siendo una simple aspiración y si una exitosa realidad. Aunque no les guste a muchos, debe ser el inicio de la pulcritud de la política en el país. Al tiempo.
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