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¿Justicia ciudadana?

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México está herido por la incompetencia administrativa, la rapiña política, la corrupción y la impunidad.


Definitivamente este país ha entrado en una fase de impunidad ante la descomposición de los cuerpos policiales de la mayor parte del país. El desgobierno y la incompetencia campean por todos los rincones de este México tan nuestro y tan secuestrado por políticos corruptos e ineficientes, y que solamente observan cómo pasan las cosas sin profundizar en la búsqueda de soluciones para evitar los agravios a una sociedad que cada día se disgrega más ante la desesperanza colectiva.
México está herido por la incompetencia administrativa, la rapiña política, la corrupción y la impunidad. Y lo que tenemos que preguntarnos como sociedad es ¿dónde fue que extraviamos el rumbo ascendente de la cohesión social que mantuvimos durante muchos años?, ¿cuándo los derechos humanos de los ladrones, asesinos, corruptos y narcotraficantes se colocaron por encima de los derechos humanos de los mexicanos que todos los días trabajan para mantener una familia y por formar parte de eso que llamamos México?, ¿acaso valen más los derechos de quienes violan el derecho, que el derecho de aquellos que todos los días mantenemos y le otorgamos viabilidad a este México tan nuestro  y cuyas leyes protegen más a quienes lo dañan que a quienes lo mantenemos?
México está herido por aquellos que con su perfidia nos han llevado a límites que como sociedad nunca visualizamos, y que permanece inerme ante quienes con un arma en la mano nos despojan, nos hieren o nos matan, y con leyes que parecieran proteger más a quienes todos los días se dedican a hacer el mal y nos matan poco a poco por el desasosiego de caminar por las calles a sabiendas de que en cualquier momento podemos ser sujetos del hurto y quizás hasta del asesinato. Aquellos que decidieron caminar por el sendero delincuencial saben que matar tiene que estar antes de morir.
Mientras tanto, nosotros seguimos haciendo leyes para protegerlos, porque sus derechos humanos están por encima del odio social, aunque poco tengan de humanidad y de piedad ante el semejante. Ha sido más conveniente hurtar los bienes de hombres y mujeres que con su trabajo cotidiano han construido una vida dentro de la legalidad, porque saben que las leyes los protegen, y eso se llama impunidad.
Si alguno cae en manos de la justicia, tienen derechos que no tienen los agraviados, y lo peor es que somos nosotros, insisto, los agraviados, quienes pagamos con nuestro trabajo su manutención en los confinamientos carcelarios. Pero si de algo deben tener seguridad aquellos que nos gobiernan, es que el despertar puede ser muy amargo, porque cuando una sociedad comienza a hacer justicia por propia mano, el encono acumulado de muchos años de impunidad puede provocar desgracias mayores.
Un par de sujetos que asaltaban a automovilistas en Lomas Verdes y que huyeron en una motocicleta tuvieron la mala fortuna de chocar con un automóvil, y una turba de enfurecidos ciudadanos les propinó una brutal golpiza que los mantiene al borde de la muerte. Ante la ineficiencia del gobierno, esa es la única forma en que la sociedad reacciona para volcar su encono acumulado durante mucho tiempo. Ese puede ser el comienzo de una escalada de violencia callejera ante la ineficiencia. Ojalá nuestros políticos entiendan el mensaje, porque también pueden ser ellos los blancos de la violencia callejera ante el cínico hurto que durante tanto tiempo han cometido. Al tiempo.