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Entre verdades y mentiras

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Por: Vladimir Galeana En una más de sus constantes y ácidas críticas al PRI, como se acostumbra hacerlo desde las oposiciones, el dirigente del PAN, Ricardo Anaya Cortés, criticó el incremento de los homicidios durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, una vez que el Inegi dio a conocer que en 2016 se registraron 23 mil 953 homicidios […]


Por: Vladimir Galeana
En una más de sus constantes y ácidas críticas al PRI, como se acostumbra hacerlo desde las oposiciones, el dirigente del PAN, Ricardo Anaya Cortés, criticó el incremento de los homicidios durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, una vez que el Inegi dio a conocer que en 2016 se registraron 23 mil 953 homicidios en el país, lo que significa la cifra más elevada en lo que va de la administración de Enrique Peña Nieto, circunstancia que mantiene preocupados a los principales estrategas de la lucha anticrimen.
Lo que no señala el señor Anaya, no sé si por olvido, o simplemente por ocultar las cifras reales, que no abordó estadísticas de otros años, principalmente durante el sexenio anterior encabezado por su partido, ya que las cifras pueden variar considerablemente. De lo que se trata, en esta nueva forma de hacer política es festinar los yerros, errores u omisiones de los adversarios buscando medrar del oportunismo mediático sin realizar propuestas viables, implementables y medibles, que permitan a los mexicanos realizar una comparación para decantar su preferencia en la siguiente elección.
Mucho menos se acostumbra en nuestra forma de hacer política, realizar propuestas de las oposiciones al partido en el gobierno. Lo principal es hacer todo lo posible porque no le salgan bien las cosas, ya que eso beneficia los proyectos políticos futuros de las oposiciones. Para decirlo mejor, lo que se hace en México no es política, sino una forma de canibalismo cuyos efectos resultan perniciosos para todos los mexicanos, pero en este caso lo importante es la ganancia que obtienen las élites partidistas.
Como señala el señor Anaya, es preocupante que los meses más violentos de los últimos 20 años son los de mayo y junio de 2017, lo que de por sí resulta muy grave, Pero no aclara en ningún momento en esa comparativa que dio a conocer, que las cifras totales que hasta ahora lleva Enrique Peña Nieto están muy por debajo de las obtenidas en la gestión de Felipe Calderón Hinojosa. Si hiciéramos un conteo por mes, hasta ahora el promedio del señor Peña Nieto asciende a 11 mil 482 por año, por 13 mil 865 alcanzadas por Calderón.
Para que quede más claro, el presidente Felipe Calderón alcanzó durante su mandato la cifra de 83 mil 191 homicidios violentos, y a un año de terminar su gobierno el presidente Enrique Peña Nieto sería una desgracia para este país que hubieran 25 mil 781 muertos para alcanzar la cifra heredada en el sexenio de 2006 a 2012. Esto es lo que no dice el señor Ricardo Anaya Cortés, quien debiera preocuparse por realizar propuestas y no descalificaciones.
Otro Si Digo: Acuso recibo de la carta signada por Jaime Ramos, Director General de Comunicación Corporativa del Grupo Salinas, que se anexa completa en este mismo espacio, en referencia a mi colaboración “Estacionados en el fracaso”, publicada el jueves 27 de julio del presente año. Al tiempo.
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