La parálisis en las dependencias federales, me cuentan, podría alargarse hasta más allá de este fin de semana, -tomando en cuenta que el sábado 1 de diciembre asume el nuevo Presidente de México-, pues los acomodos y reacomodos no se darán en cuestión de dos o tres días. Aunque en lo cotidiano, por así decirlo, se prevé que no exista problema alguno, sí lo habrá al momento de recabar firmas y autorizaciones…No es tan complejo, pero tampoco tan sencillo. Me explico, quienes aún ostentan cargos, sobre todo en donde es indispensable la rúbrica de aprobación, estarán esperando la confirmación del superior designado para hacer la aprobación documental, no la de palabra. Por ningún motivo, bueno casi, se atreverán a, por ejemplo, aprobar un trámite que pudiera, en el corto y mediano plazos significar un procedimiento por estar fuera de la normatividad…El o los trámites, por supuesto que se podrán iniciar, sobre todo la recepción de documentos, pero de ahí a que se autorice o liquide, si es el caso, pues hay un trecho grande…Si los responsables asumen de inmediato la tarea que se les encomiende, si los relevos se mandan en cascada o si llegan sábado y/o domingo los nombramientos, estos temas avanzarán, de lo contrario nos podríamos enfrentar a una o dos semanas complicadas en la tramitología.
 
La rabadilla del Pollo
Pollos en el tejado me dicen que los asaltos a pasajeros en autobuses del servicio público tienen un común denominador, independiente a la zona, y es una ruta de escape que incluye un muro “camuflajeado” entre los usuarios afectados…El o ellos también son “despojados” de pertenencias; igual que al resto se les amenaza, empuja y exigen las cosas de valor. El detalle está en que son el primero o primeros en decir que no van a denunciar porque seguramente tienen ya información personal…Otra forma de actuar es la de señalar, con algún movimiento, cuál es el “bueno”…Incluso, como tercera opción, está el de fingir una caída o una persecución para evitar se logre detener al hampón…Cierro pico. Shalom.