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El PRI fue destruido por De la Madrid, Salinas, Zedillo y Peña

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Hoy Peña pide cambiar todo el PRI: nombre, colores, escudo, cuando el fracaso no fue de los priistas sino de la élite neoliberal del periodo 1983-2018


Si con Miguel de la Madrid hasta Enrique Peña Nieto llevaron la votación de 71 por ciento en 1982 a 13.5 en 2018, entonces habrá llegado la hora en que el PRI –el mismo PRI– decida expulsar de sus filas a los representantes del neoliberalismo. De otra forma, el PRI terminará de hundirse en las elecciones legislativas de 2021.
Lo malo para el PRI radica en el hecho de que el neoliberalismo salinista de Peña liquidó a la vieja guardia populista, no supo construir una nueva élite neoliberal, su mejor propuesta era José Antonio Meade Kuribreña y lo responsabilizó de la catástrofe, las viejas figuras progresistas fueron quemadas y no existe ninguna personalidad que pueda reconstruir al partido.
El desmoronamiento del PRI en 2018 a 9.4 por ciento del Congreso y la victoria de Morena con 39.1 puntos porcentuales de legisladores en las dos cámaras tienen una lectura correlativa: el PRI histórico llegó a su fin y los priistas transfirieron sus votos a Morena por tener un discurso estabilizador con programas asistencialistas.
El PRI dejó en 1982 cifras aceptables, en crisis, pero con saldos positivos: PIB de 6 por ciento promedio anual, inflación de 30 puntos porcentuales, tipo de cambio de 29 pesos por dólar, clase media resistente. El PRI de Salinas de Gortari como diseñador del programa de Miguel de la Madrid en 1983 hasta Peña Nieto en 2018 fue un fiasco: PIB de 2.2 por ciento promedio anual, inflación de 80 puntos porcentuales, 80 por ciento de mexicanos con una a cinco carencias sociales y tipo de cambio de 20 mil pesos (con los tres ceros que le quitó Salinas).
El sólo dato de las devaluaciones revela la pobreza de bienestar de los mexicanos en la era neoliberal: de 29 pesos a 20 mil pesos por dólar, con salarios abajo de la inflación desde 1983.
En 1982 se gastaban 29 mil pesos para comprar mil dólares y en 2018 se tienen que gastar –en la vieja contabilidad de viejos pesos– 40 millones o 40 mil nuevos pesos. El modelo económico de Salinas de que extendió Peña Nieto en los hechos ha llevado a México a una zona similar a la Venezuela de Maduro. El tipo de cambio revela el costo de la crisis: hoy hay que gastar 222 salarios mínimos diarios para comprar mil dólares, cuando en 1983 se necesitaba sólo 73 salarios mínimos.
La riqueza personal medida en poder de compra de dólares indica el empobrecimiento de los mexicanos que produjo la misma política económica neoliberal de De la Madrid a Peña Nieto.
Los votantes le dieron la oportunidad a Zedillo en 1994, pero en 1995 aplicó una política posdevaluatoria para tapar su mal manejo económico y las arcas vacías de reservas que le heredó Salinas, con un costo de tasas de interés bancarias arriba de 100 por ciento que provocó la debacle de los deudores y la pérdida de millones de casas y vehículos porque el gobierno prefirió salvar a los banqueros y no a los deudores.
En 2000 y 2006, los votos favorecieron al PAN con la esperanza de que hubiera un repunte económico, pero la continuidad neoliberal siguió minando el bienestar de los mexicanos. En 2012, Peña Nieto ofreció una modernización con bienestar social, pero el saldo fue empeorar la situación con más empobrecimiento.
Hoy Peña pide cambiar todo el PRI: nombre, colores, escudo, cuando el fracaso no fue de los priistas sino de la élite neoliberal del periodo 1983-2018.
Política para dummies: La política es el reparto de culpas propias.