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El pico del pollo

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Aunque todo debería ser el transporte público, me encuentro con que hay submundo, perdón, subgrupos. En unos las combis, en otros los microbuses, en otros los camiones, los moto taxis, los bici taxis, una lista en donde también se da cabida a los colectivos y aquellos de zonas rurales. Por desgracia en todos hay un […]


Aunque todo debería ser el transporte público, me encuentro con que hay submundo, perdón, subgrupos. En unos las combis, en otros los microbuses, en otros los camiones, los moto taxis, los bici taxis, una lista en donde también se da cabida a los colectivos y aquellos de zonas rurales. Por desgracia en todos hay un denominador común: grupos de poder que venden favores a partidos políticos o rinden cuentas a gente “enquistada” en oficinas de gobierno…Otros, común denominador, hoy más visible que nunca es la contratación de menores de edad.
Jóvenes que hacen en las calles, una parodia, cuarta región de Rápidos y Furiosos. Con música de banda a todo volumen y camión tuneado, una mala copia de algunos trailers norteamericanos, vuelan en las principales calles de Toluca para ganar pasaje y, últimamente cumplir con el checador…¿Por qué jóvenes al volante de un transporte público? son muchas cosas, pero las más importantes, tienen más aguante para andar a la vuelta y vuelta, son más arrojados, vaya, no les atemoriza un laminazo, percance automovilístico, dicen los snob. Una torta y un chesco es comida suficiente para, ni bajarse de la “unidá”, si hay un lesionado o una persona fallecida por su condición de menor de edad y entrar en el renglón de los delitos culposos, pues siempre saldrá más barato. No es invención de este alado, son versiones que salen del propio sector…
A uno de estos jóvenes se les paga menos que a un chofer con experiencia y toda la documentación en regla. Incluso, hasta aprenden más rápido la forma de no batallar con el “comandante” que los pare o inspectores…”Va mi jefe, aquí está “pal’ chesco y en la próxima vuelta nos ponemos a mano”…Para los extras, por supuestos que también están más duchos: “oiga me da mi cambio, ya me voy a bajar y necesito el cambio del billete de a cien que le di”. No señito si el cambio se lo di de inmediato, yo no tengo la culpa de que no se acuerde, ¿verdad? Le dirá “al pelos”, el cacharpo que incluso señalará a la marimba para reafirmar. Mire no tenemos ningún billete de a 100…Cierro pico. Shalom.