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Ejército e inseguridad: hipocresías del PAN, PRD, Morena y MC

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Si se revisan las propuestas de gobierno de Morena y del PANPRD-MC, todo es demagogia. En materia de seguridad hay que contrastar las promesas de campaña con la forma en que esos partidos han bloqueado, secuestrado, condicionado, pospuesto y politizado una de las reformas indispensables para combatir la delincuencia: la Ley de Seguridad Interior. El discurso del general […]


Si se revisan las propuestas de gobierno de Morena y del PANPRD-MC, todo es demagogia. En materia de seguridad hay que contrastar las promesas de campaña con la forma en que esos partidos han bloqueado, secuestrado, condicionado, pospuesto y politizado una de las reformas indispensables para combatir la delincuencia: la Ley de Seguridad Interior.
El discurso del general secretario Salvador Cienfuegos Zepeda en la ceremonia de ascensos en el escalafón militar, el pasado 20 de noviembre y con la presencia del Presidente de la República, no sólo fue un recordatorio institucional a las deudas legislativas con las Fuerzas Armadas, sino un reclamo inusual que reveló la mezquindad, cortedad de miras y falta de enfoque estratégico de los partidos de oposición en el Congreso.
El alto funcionario militar dijo, entre muchas, una frase que debería de calar en los partidos que han desdeñado la Ley de Seguridad Interior: “es un pendiente de nuestra realidad democrática”. Y hubo otras dos también severas: “las Fuerzas Armadas respetuosamente solicitamos una vez más a nuestros representantes en el Congreso avanzar en este urgente ordenamiento” que daría certeza “a las instancias encargadas de la seguridad y defensa del Estado mexicano”. Y: “Asumamos las responsabilidades que a cada uno compete y demostremos al pueblo de México la eficiencia de sus instituciones”.
Lo más grave del asunto es que el PAN, el PRD, Movimiento Ciudadano y Morena han incluido en sus propuestas de gobierno el tema de la inseguridad, pero han callado ominosamente la necesidad de legislar sobre el tema. Si la Cámara de Diputados no reacciona, entonces no quedará más que el asunto llegue a la Suprema Corte y de ahí ordenen a los legisladores regular la seguridad interior, como acaba de ocurrir con la orden de la Corte a los diputados para legislar la publicidad oficial.
Y si ninguna de esas fuerzas toma en serio la seguridad interior, entonces en sus propuestas de gobierno deberían incluir el compromiso –si ganan las elecciones– de regresar a las Fuerzas Armadas a sus cuarteles el mismo día de la toma de posesión y dejar a la sociedad exclusivamente en manos de las policías federales, estatales y municipales.
En las horas alrededor de la ceremonia castrense del 20 de noviembre, los medios hirvieron con informaciones que demostraron que las bandas criminales han rebasado a la seguridad civil y que sólo las Fuerzas Armadas tienen la capacidad, logística y efectividad para combatirlas, pero que podrían no hacerlo sin seguridad interior: linchamiento de delincuentes en Libres, Puebla; octubre el mes de mayores muertes criminales; 2017 como el peor año de criminalidad, invasión de 200 delincuentes armados al municipio de Hidalgotitlán, Veracruz, para asesinar al alcalde electo, el control de los Zetas del penal de Piedras Negras, Coahuila, según investigación de El Colegio de México; asesinato del defensor de derechos humanos en Baja California Sur, entre muchos otros eventos.
Lo malo es que los partidos ofrecen el paraíso terrenal con sus propuestas de campaña, pero éstas carecen de realismo porque eluden las definiciones importantes. El PAN, el PRD, MC y Morena están en realidad engañando a los electores con propuesta demagógicas y eludiendo decisiones que realmente le interesan a la sociedad.
Sin Ley de Seguridad Interior, el crimen organizado está ganando la batalla en las calles, con la complicidad de los partidos de oposición en el Congreso.
Política para dummies: La política debiera ser el arte de la congruencia, pero los políticos prueban día a día que es el arte del engaño.
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