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René Juárez asume la presidencia del PRI

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El tricolor aseguró que la elección de 2018 es la más compleja en la historia del partido


Enrique Ochoa Reza llegó a su oficina ubicada en el segundo piso del edificio del Partido Revolucionario Institucional (PRI), alrededor del mediodía, toda la tarde atendió agenda privada, ni una sola visita oficial, era como el Coronel que permanece en espera de noticias, en la novela de Gabriel García Márquez, El Coronel no tiene quien le escriba.
Sabía que sus horas al frente del PRI estaban contadas, una nota en redes sociales advirtió que su sucesor sería René Juárez, el también por eso ordenó que no se desmintiera.
Espero solo en su oficina, cinco minutos antes de las seis, llegó Juárez Cisneros, no dio detalles sólo que había sido llamado por Enrique Ochoa, se le preguntó sobre los riesgos de “cambiar el caballo a mitad del Río”, primero déjenme llegar soltó con una risa nerviosa.
Subió casi corriendo, unos minutos después llegaron el senador Ernesto Gandara Camou, secretario Técnico del Consejo Político del PRI y Socorro Jasso subsecretaria del organismo, encargados de afinar detalles de la convocatoria para renovar la dirigencia nacional.
Cuatro horas después, todo está listo para oficializar la salida de Enrique Ochoa, el primer gran cambio en la estrategia electoral del PRI que no ha podido abandonar el tercer lugar de las encuestas.
A pesar que Ochoa ganó dos elecciones, Coahuila y el Estado de México, la primera en tribunales y la segunda con el apoyo del Partido Verde y Nueva Alianza.
Que logró organizar las listas de candidatos a diputados y senadores por mayoría relativa y plurinominales sin mayores daños. Llevó el proceso para modificar los estatutos del PRI y permitir la candidatura externa.
Aunque nunca estuvo cercano a José Antonio Meade, lo defendió en cada foro que se presentó, pero no le alcanzó para llevar una candidatura ganadora, hoy será reemplazado, la comunicación nunca llegó.
Entran a la sala para dar el anuncio, José Antonio Meade, Enrique Ochoa y René Juárez, visten trajes oscuros con camisas azul claro los dirigentes de camisa blanca el candidato presidencial, pero los tres con corbata roja. El resto sin corbata. Parece un augurio o que fueron obligados a no usarlas.
El mensaje de Ochoa lo pronuncia con tono triste, advierte que se va con la frente en alto, agradece la confianza del candidato y del primer priísta, el presidente de la República al que califica de “patriota”. Informa que en sesión del Consejo Político Nacional se decidió nombrar a René Juárez Cisneros como presidente sustituto, no habrá convocatoria a las bases, hasta nuevo aviso.
No informa las razones para sustituirlo, tampoco que la campaña marcha en tercer lugar, solo agradecimientos para todos.
En su primer discurso como presidente del PRI, René Juárez reconoce que es malo para leer, junto a Aurelio Nuño, que tampoco supo y lo corrigió una pequeña porque se dice leer, no ler.
Mis palabras vienen del corazón y del cerebro pero más del corazón, porque viene desde abajo, ocupado todos los cargos y ahora culmina en la presidencia del partido.
Llama, convoca a la militancia “que nadie se sienta excluido, todos son necesarios, debemos ir sin miedo, con convicción por los votos para que Pepe Meade sea el próximo presidente de México”.
Aunque reconoce que serán las elecciones más competidas y complejas de la historia del partido.
Juárez Cisneros aseveró que continuará haciendo campaña a lado del que consideró el mejor candidato para ganar la presidencia, José Antonio Meade, y aprovechó para pedirle a la militancia que no se autoexcluya, que participe en el actual proceso electoral, del que dijo
“es el más complejo en la historia del partido”.


Finalmente toma la palabra el candidato, que sonreía mientras lo halagan quienes lo anteceden, receta una retahíla de buenos deseos y promesas de campaña, parece mitin y no encuentro con medios de comunicación.
Agradece al que se va y al que llega, pero no hay más, no ajusta a su círculo rojo, dice que son normales, aunque faltan menos de dos meses para que concluyan, retoma las palabras de Juarez Cisneros, “que no quede duda ganaremos porque tenemos el mejor análisis y las mejores propuestas, que habrán de convertirse en políticas de gobierno”, si pasan la aduana del uno de julio.